La comunidad religiosa que endulza la fe en Torrent

En marcha la segunda jornada de la II Feria de Chocolate de Torrent, que espera congrerar este sábado a miles de personas, tras el éxito de asistencia de ciudadanos y visitantes en la inauguración de la feria del Chocolate enmarcada en la festividad de Sant Blai.

En el corazón de la Feria del Chocolate de Torrent, un grupo de mujeres vestidas con hábito y sonrisa cálida atiende con entusiasmo a los visitantes de su puesto. Son las Hermanas de Iesu Communio, una comunidad religiosa contemplativa y evangelizadora que, además de su misión espiritual, ha desarrollado un emprendimiento de repostería artesanal para sostenerse económicamente. Siendo su historia es un testimonio de fe, trabajo y esperanza.

Iesu Communio es un instituto religioso fundado por Arzobispado de Burgos en 2010 por la religiosa clarisa burgalesa Sor Verónica (Superiora) y aprobado por el Papa Benedicto XVI en el año 2010, aunque su origen se remonta a décadas atrás, cuando las primeras hermanas comenzaron a dedicar su vida a la oración y a la transmisión del mensaje cristiano. Desde su fundación, han buscado ser un puente entre la contemplación y la evangelización, acogiendo a personas de toda índole en su comunidad.

«La misión principal de nuestra comunidad se sostiene en dos pilares: la oración y la evangelización», explican las hermanas. «Nuestra casa recibe a jóvenes, matrimonios, creyentes y personas alejadas de la fe que buscan respuestas. Les compartimos nuestro testimonio y les mostramos cómo Cristo da sentido a la vida en plenitud».

Iesu Communio cuenta con cerca de 200 hermanas repartidas en dos casas, una en Godella, en Valencia con más de 70 hermanas y otra en Burgos, con cerca de 120. En cada una de ellas, viven con intensidad su vocación, combinando tiempos de oración con trabajo y acogida. «Cualquiera que quiera encontrarse con nosotras puede llamar y concertar una visita», afirman.

El crecimiento de la comunidad ha sido un reflejo del impacto de su misión. «Dios sigue llamando hoy en día, y nuestra comunidad es testimonio de ello. Hay mujeres jóvenes dispuestas a dejarlo todo por Cristo y mostrando que Él está vivo y presente», explican las hermanas.

Las raíces de la tradición repostera de Iesu Communio se remontan a finales de los años 70, cuando las primeras hermanas comenzaron a elaborar pastas y trufas en su convento. Durante mucho tiempo, estos productos se vendían a través del torno del monasterio, una práctica común en comunidades religiosas dedicadas a la elaboración de dulces.

Sin embargo, con el crecimiento de la congregación y la necesidad de generar mayores recursos para su sustento, decidieron ampliar su labor y establecer tiendas físicas y online. Actualmente, sus productos pueden adquirirse en su casa en Godella, en una tienda en el centro de Valencia (calle Ruiz de Liory,1), en otra tienda en Burgos y a través de su plataforma digital Pequeñareposteria.es.

«Nuestro trabajo es parte fundamental de nuestra vida. Somos muchas y necesitamos ingresos para mantenernos. La evangelización es gratuita, pero nuestra supervivencia depende de nuestro esfuerzo y del apoyo de quienes confían en nuestra labor», declaran las hermanas.

Entre los productos estrella de Iesu Communio destacan las trufas, conocidas por su exquisito sabor y calidad. Junto a ellas, ofrecen pastas de té, bombones con distintas combinaciones de chocolates y frutos secos, almendras caramelizadas con chocolate, naranjas confitadas bañadas en cacao, brownies y tartas artesanales. Cada una de estas delicias es elaborada con esmero y dedicación, convirtiéndose en un vehículo más de su misión evangelizadora.

Además de la repostería, las hermanas también crean artículos de artesanía religiosa, como rosarios, cuadernos y regalos con mensajes inspiradores. A través de estos productos, buscan transmitir valores de esperanza y amor a quienes los adquieren.

Desde la apertura de sus tiendas fuera del convento, las hermanas han vivido una experiencia enriquecedora no solo en términos económicos, sino también espirituales. «No se trata solo de vender. Hay personas que entran en la tienda, no compran nada, pero encuentran un espacio donde desahogar su corazón, compartir sus sufrimientos o pedir oración», señalan las hermanas.

La presencia de las hermanas en las calles de Valencia y Burgos se ha convertido en un testimonio vivo de la fe. «En un mundo donde prima el individualismo, el hecho de que nos vean juntas, trabajando con alegría y comunión, es un mensaje muy poderoso. Nuestra vida en comunidad es una señal de que es posible vivir con amor, entrega y sentido profundo», han enfatizado.

«Estamos muy felices y con mucha ilusión de vivir la experiencia de venir a vender y estamos seguras de que nos va a ir muy bien. Alguna ha dicho que si nos íbamos a quedar sin productos ya el primer día, pero estamos cerquita y traemos más si hace falta», han comentado sonriendo las Hermanas de Iesu Communio.

La alcaldesa, Amparo Folgado ha manifestado que «Es un honor para nuestra ciudad contar con la presencia de las Hermanas de Iesu Communio en esta II Feria del Chocolate. Su participación no solo nos permite disfrutar de sus deliciosos productos artesanales, sino que también nos acerca a su labor, que combina la tradición, el trabajo y la fe con un mensaje de esperanza y comunidad. Verlas aquí, compartiendo su alegría y su testimonio con los visitantes, nos recuerda la importancia de los valores que transmiten a través de su repostería y su misión evangelizadora»

«Desde el Ayuntamiento, agradecemos su presencia y agradecemos su compromiso con nuestra feria. Esperamos que esta colaboración continúe en futuras ediciones, porque sin duda, su dulzura, tanto en los productos como en su trato con la gente, es un valor añadido a este evento», ha señalado la alcaldesa.

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