«La Dana nos ha reventado el centro y encima nos han robado 4.000 euros de cuotas y lotería»

En las poblaciones afectadas por la Dana que ha asolado varios municipios de la Comunitat Valenciana se están conociendo muchas historias de héroes, pero también de villanos. Un ejemplo es el que describe Manuel Molins, presidente del centro de jubilados y convivencia de la calle Major 20 de Aldaia.

El presidente de este colectivo detalla que se han encontrado con la sorpresa «no sólo de que tenemos el local social reventado por la fuerza del agua, sino que además, nos han saqueado la sede».

Y es que como describe, «teníamos dinero guardado en la sede, tanto de las cuotas mensuales, ya que somos 2.200 asociados, como de la lotería de Navidad, y han aprovechado la nocturnidad para robarnos entre 3.000 y 4.000 euros».

Se encontró con esta desagradable situación el mismo día «que pudimos acceder al local acompañados por la Policía Local y por un arquitecto y todo está reventado».

La parte positiva una vez más es la que protagonizan los propios asociados, como es el caso de Manuel Molins, ya que como describe, « a pesar de que ya tengo 70 años, estoy ayudando como uno más a retirar el barro de las calles. También estamos ayudando a los vecinos a limpiar sus viviendas porque hay muchas personas mayores que viven en plantas bajas».

Detalla que muchas de estas personas mayores se han tenido que ir a vivir con sus hijos y critica que en zonas de Aldaia, «como la propia calle donde vivo, teníamos un metro y medio de barrio y coches hasta tres alturas y no ha venido nadie a ayudarnos».

Otro presidente de un centro de mayores, el de Matilde Salvador de Aldaia, José Miguel Santiago, explica que el centro de ellos «también está inundado e inservible. Y el sótano, donde se hacen las exposiciones está anegado».

A sus 76 años explica que también está ayudando «a limpiar los bajos de los vecinos y a tirar trastos y quitar barro» y añade que en un bar de la zona se ha convertido en zona de reparto de material.

José Miguel indica que su familia «está viviendo en Morella y San Mateu y mi hija va a bajar con un grupo de amigos para ayudar al pueblo. Estoy emocionado».

En Benetússer, la concejala de Mayores, Dolors Tarín, explica que el centro municipal de convivencia se anegó «y lo están limpiando». Para no perder contacto con los asociados, «estoy en contacto por washapp con los mayores de menor edad que dominan los mensajes y también llamo por teléfono para asegurarme que tienen ayuda de vecinos o si les llevamos a casa una bolsa con alimentos o pañales».

Tarín añade que los mayores ahora «también necesitan muchos abrazos, sonrisas y personas que les escuchen, que les dejen hablar».

En Utiel, el alcalde, Ricardo Gabaldón, explica que el centro de mayores se encuentra dentro del centro social «y desde el primer día se ha habilitado el centro para atender a los damnificados y dar comidas e incluso hay gente acogida que duerme en el centro social porque tenemos 300 familias que lo han perdido todo».

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