

Secciones
Servicios
Destacamos
Nacho Roca
Catarroja
Jueves, 23 de enero 2025, 09:18
El Horno de Saus «está abierto desde la década de los años ochenta. Lo abrió mi madre con la ayuda de mi abuelo. Y desde entonces únicamente hemos cerrado un mes, hasta ahora, que hemos estado cerrados por los destrozos de la dana», cuenta Laura, una de propietarias, junto a su hermana Fani, de la panadería de la calle Salvador Pechuán de Catarroja.
La barrancada pilló a Fani en el establecimiento, y a Laura llegando para intentar avisar a su hermana e intentar salvar lo que podía. No fue posible. Ambas tuvieron que subir al primer piso «escuchando todo el desastre», y esperar hasta las cinco de la mañana para poder contactar con Rafa, marido de Fani y socio del negocio familiar.
Cuando bajaron «todas las neveras estaban por el suelo, arrancadas de las paredes con azulejos y todo. El agua, barro por encima de las mesas, había entrado dentro del horno, pero no calibrábamos todavía los daños que podrían haber», recuerda Laura. «Todavía no lo sabíamos porque pensábamos que no era tanto, pero cuando empezamos a ver las cosas, máquinas que no iban, el horno que no funcionaba, entonces dijimos esto, un desastre. El mostrador, que tenía 4 metros, lo tuvimos que tirar. Hasta el cristal reventó», cuenta Fani.
Volver a poner en marcha de nuevo el negocio ha costado cerca de los 200.000 euros «porque únicamente el horno ha costado 70.000 euros». Todavía no tienen valoración del Consorcio, por lo que para abrir la persiana, también rota «que se arrancó como una lata de sardinas que hemos tenido que reponer», han tenido que endeudarse con la petición de créditos que no saben si cubrirá la aseguradora «por lo que no sabemos el tiempo que tendremos que necesitar para pagar el desastre de la dana. Solo pienso en que nosotros llevamos una empresa limpia, sin deudas, y ahora tengo muchas deudas», comenta Rafa.
Pese a todo, desde el martes 21, día de Santa Inés, el horno Saus ha vuelto a abrir sus puertas con sus productos de panadería, bollería y pastelería «para que los vecinos tengan su pan del día». Y en la mente, celebrar una fiesta de bienvenida «en agradecimiento a todos los voluntarios que nos ha ayudado a limpiar».
«Tenemos una lista para agradecer a toda la gente que ha venido. El primer día que vinieron unas niñas a ayudarnos y nos dieron unos bocadillos, y fue lo único que comimos durante todo el día. Esos bocadillos que hizo su madre, y trajeron desde Valencia a pie, fue el inicio de una cascada de voluntarios que vinieron a ayudarnos. Y nosotros nos acordamos, nos acordamos de la gente que ha venido todos los días a preguntar y a asomarse, ¿cómo estáis?, un abrazo, eso reconforta.»
«Y tenemos una lista porque queremos organizar una pequeña merienda, porque tú imagínate, gente tan buena, toda junta, ¿qué energía más positiva va a desprender de toda esta gente? Y agradecerles, porque nosotros con dinero no podemos agradecer ya nada. Pero sí con el detalle de que estamos aquí para ellos, para lo que quieran, siempre».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El rincón de Euskadi que te hará sentir en los Alpes suizos
El Diario Vasco
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.