La Fiscalía de Medio Ambiente decomisa dos perros por un supuesto maltrato en Picassent

Colectivos animalistas se han concentrado esta tarde a las puertas de una parcela agrícola en Picassent por un supuesto caso de maltrato animal. Agentes de la Policía Local y Guardia Civil han estado a la espera de que un veterinario determinara la salud de los dos perros, que finalmente han sido decomisados.

La protectora Modepran ya había denunciado el caso ante la Fiscalía de Medio Ambiente y los hechos se pusieron en conocimiento también del Seprona y el Ayuntamiento de Picassent hace unos días cuando una persona fue testigo de la situación en la que se encontraban. No obstante la Policía Local determinó que los animales estaban «en buen estado».

Los dos perros son podencos, que se utilizan para cazar, y estaban atados con correas de «metro y medio y un candado al cuello las 24 horas del día» en un campo vallado, «a más de 30 grados y sin resguardo del sol ni de la lluvia», como señala Óscar Cuesta, la persona que los encontró. Aunque tenían comida y agua la denuncia se centra en que permanecían atados, expuestos todo el día a las inclemencias meteorológicas y con escaso margen de movimiento, separados entre si.

A partir de la visibilización del caso, las redes se han movilizado pidiendo una actuación contundente que pusiera fin a la situación. Tal y como relata Óscar, el dueño«ha amenazado con matarlos a hachazos antes de que se los llevaran» y ha comprobado que uno de ellos «tenía una herida en la cabeza».

Tras el encuentro con el propietario y conocer sus intenciones ha reclamado la presencia de las fuerzas de seguridad. La situación ha acabado después de que un veterinario, por orden de la Fiscalía, certificara que el estado de los dos canes no era el adecuado y se ha determinado que fueran decomisados. A uno de los perros se le ha detectado que sufre leishmaniosis y no ha sido tratado.

Por otros hechos de maltrato animal, el mes pasado, el juzgado de lo penal 6 de Valencia impuso cuatro meses de prisión a un hombre por desatender a su perra, que estuvo a punto de morir, en una cuadra de Catarroja.