La octogenaria fallecida en el incendio de Benetússer estaba impedida y pasaba el día en el baño

La mujer de 81 años fallecida en el incendio de su casa en Benetússer el pasado lunes estaba impedida y hacía vida en el baño por un problema de incontinencia. Dora y también su marido Pepe, tenían movilidad reducida, él usaba muletas y ella estaba discapacitada y necesitaba una silla de ruedas para desplazarse. El matrimonio es originario de Jaén, aunque habían hecho su vida en este municipio, y se trasladaron a un piso de la plaza Lepanto, concretamente a un segundo del patio número 1, porque donde residían no tenían ascensor.

Los vecinos señalan que hacía tiempo que no veían a Dora, a la que describen como una mujer "presumida, que siempre iba arreglada, aunque tenía un genio muy fuerte". "Ella salía a pasear con su silla de ruedas que manejaba a la perfección", comentan. No obstante, aseguran que la familia tenía pensado ingresarla en una residencia por sus problemas de salud y porque "no estaba muy bien".

De hecho, Dora, hacía vida en el baño debido a la incontinencia que sufría, aunque los vecinos de la plaza aseguran que de cuando en cuando la veían pasear. Un familiar se encargaba de hacerles la comida y de limpiar la casa porque ninguno de los dos podía ocuparse de las tareas domésticas. Según los vecinos, Pepe tiene un carácter más afable y suele reunirse con los amigos en la plaza, debajo de su casa, para charlar y pasar el rato.

La desgracia y posiblemente la estufa que utilizaba para calentar el baño (las causas todavía se están investigando), provocara el incendio que acabó con la vida de Dora y casi con la de Pepe, que intentó socorrerla sin poder evitar que pereciera calcinada. Los policías locales, que fueron los primeros en llegar dada la cercanía del retén al piso incendiado, también tuvieron que se atendidos por inhalación de humo, al igual que el marido de la víctima. "Cuando salieron iban negros y cubiertos de polvo de los extintores", señalan algunos testigos, poniendo en valor la actuación de los agentes.

Una vez llegaron los bomberos procedieron a extinguir lo que quedaba y ventilar la vivienda que estaba repleta de humo. Los servicios de emergencias no pudieron hacer más que certificar la muerte de la anciana y tuvieron que atender a la hija del matrimonio por un ataque de ansiedad al conocer que su madre había fallecido.

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