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Una de las pancartas reivindicativas en un balcón. Damián Torres

Ofensiva vecinal contra los pitidos de los trenes en Alfafar

Los balcones de algunas de las fincas cercanas a las vías se han llenado de carteles de protesta por la saturación acústica que sufre esta zona

Ada Dasí

Alfafar

Jueves, 10 de noviembre 2022, 22:38

'Adif basta ya, menos pitidos' o 'SOS-pitidos' son algunos de los carteles que los vecinos que viven junto al paso a nivel de Alfafar han colgado en sus balcones para protestar por la señal acústica de seguridad de los trenes que hacen sonar a su paso por la estación de la localidad y que está causando problemas de salud a algunos residentes cercanos.

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Un total de 285 convoyes pasan a diario por las vías que dividen este municipio en dos y que también afecta al término de Benetússer. "Cuando llegan a la estación, incluso antes, hacen sonar las bocinas, prácticamente todos", señala uno de los afectados, y "lo hacen más tras el atropello mortal que pasó hace unos meses".

A veces un segundo silbato suena antes de llegar al paso a nivel. La contaminación acústica es tal que los vecinos ya han aprendido a diferenciar el sonido dependiendo del modelo de tren que pase en cada momento. Algunos tienen un timbre estridente, como una bocina de barco, mientras que otros suenan algo más suave, aunque en todas las ocasiones "provoca sobresaltos si no te lo esperas".

Otro de los carteles en una finca. LP

Hay que imaginarse la situación, "estas en tu casa viendo la tele o haciendo faena y en cualquier momento puede sonar el pitido sin que te lo esperes". Pero es más "insoportable" por las noches que "suenan a las tres de la madrugada y a partir de las seis ya es continuo todo el día", advierten.

Por ello, los afectados han decidido hacerse oír con sus protestas en los balcones y no descartan nuevas movilizaciones si el administrador de la infraestructura ferroviaria no pone solución a este problema que afecta a la salud de las personas.

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Temor a protestar

No obstante, en este barrio de Alfafar pegado a las vías, sigue siendo difícil la movilización vecinal. Y no es para menos. Hay que remontarse hasta la década de los 90 para saber el porqué. Fue entonces cuando tras un corte de vías, en una de tantas protestas de la plataforma vecinal por el soterramiento, a las que se sumó un grupo de exaltados ajenos, varios participantes fueron denunciados por Renfe por desorden público, a los que se pedía dos años de cárcel y un millón de pesetas. El juicio, dos años después, acabó en nada.

Desde entonces, pocas han sido las voces que se han alzado en la barriada y la medida disuasoria surtió efecto, asumiendo la barrera de las vías como algo cotidiano. "Hoy todavía los vecinos tienen miedo hasta de colgar las pancartas", explica uno de los organizadores del movimiento vecinal que ha resurgido. Pero ahora, están dispuestos a llegar a final y no cejar hasta conseguir una solución al problema de la contaminación acústica.

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Demanda judicial

Desde el consistorio, el alcalde Juan Ramón Adsuara les ofreció el servicio del gabinete jurídico para interponer una demanda conjunta contra Adif, tras ser informado de algunos casos de vecinos que tienen problemas de salud a causa de los silbatos. Además, según indicó a los representantes vecinales, se van a realizar mediciones las 24 horas del día, para comprobar si la zona está saturada acústicamente a causa de los silbidos.

El primer edil explicó que el proyecto de instalación de las pantallas acústicas metálicas de cinco metros propuesto por el administrador para mitigar el ruido de los trenes y al que se opuso frontalmente el consistorio "no eran la solución" ya que "harían un efecto campana a partir del cuarto piso, agudizando el problema y el aislamiento de ambas partes de las vías". Por ello, afirmó que seguirá reivindicando una solución a este problema, sin renunciar a la reivindicación histórica del soterramiento.

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