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Toni en su kiosco. LP

«Tuve que pedir a los clientes que se fuesen»

La tarde del 29 de octubre el Kiosco Mercat estaba lleno de clientes que esperaban su turno sin saber que en pocos minutos el local estaría inundado. Toni y su mujer, con el miedo en el cuerpo, cerraron el kiosco con la incertidumbre de sus clientes habrían llegado bien a casa

Nacho Roca

Catarroja

Lunes, 13 de enero 2025

El Kiosco el Mercat es un punto de encuentro, de intercambio de impresiones, de testeo de la actuación y de la vida local. Las portadas de la prensa que siempre han sido las protagonistas, siguen ocupando un espacio principal entre los nuevos servicios que ofrece Toni desde hace más de treinta años. Junto a su mujer, además de la prensa diaria, revistas y libros, se presenta como un punto de Loterías y apuestas del Estado, donde muchas peñas comparten su ilusión semanalmente, y también punto de reparto de paquetería de plataformas como Amazon, GLS, Inpost, Celeritas o Ups.

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La tarde del 29 de octubre, la clientela esperaba su turno para echar las primitivas, comprar las revistas o recoger algún que otro paquete, cuando Toni tuvo que pedir a sus compradores que era mejor irse a casa. En pocos minutos el negocio quedó inundado. «El día 29 estábamos en la tienda, y mi mujer me dijo que en la televisión decían que igual se desbordaba el pantano de Forata, por lo que pensé en subir el coche arriba del mercado», explica Toni, una de las acciones que los vecinos suelen hacer en momentos de fuertes lluvias, pero «en pocos minutos empezamos a oír rumores de que venía agua del barranco del Poyo. Me fui a la esquina y ya vi que por calles colindantes llenas de agua, por lo que me volví a casa para intentar subir todo lo de las estanterías de la tienda en alto. En ver el volumen del agua que venía, decidimos cerrar, y pedir a los clientes que volvieran a sus casas», recuerda Toni.

Intentaron subir los productos en alto, pero pronto vieron que era más importante coger a sus dos perros y subirse a la planta de arriba. Se salvaron, con el miedo de ver cómo pasaban coches, muebles y un río de fango por la puerta de casa, y sin saber si sus clientes estarían a salvo en casa. Fue un alivio ir contactando con todos ellos, días después, y comprobar que estaban bien.

La ubicación del Kiosco en la calle Salvador Pechuán, número 16 de Catarroja, es inmejorable, cerca del mercado municipal, pero también en una zona que sufrió de forma grave el desbordamiento del barranco del Poyo. «Intentamos taponar las puertas, tanto de la casa como de la tienda con todas las toallas y mantas, para que nos diera tiempo a coger los enseres más necesarios, ya que tenemos la vivienda en la trastienda, todo esto ya sin luz, alumbrándonos con el móvil y con los dos perros en casa. Afortunadamente pudimos subimos a la parte de arriba de la casa».

Tras un mes, el negocio ha podido abrir, «nos faltaban las estanterías, mostrador, nevera, máquina de loterías», con la incertidumbre de las ventas en los próximos meses, y además sufre un vacío de ayudas para su casa. Muchas de las personas afectadas en la zona todavía mantienen catastralmente su vivienda como local comercial, por lo que las ayudas a la reconstrucción en estos casos, depende de las subvenciones subsidiarias del Estado.

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