La policía apunta a que el incendio de las chabolas de Mislata fue intencionado

Todos los indicios apuntan a que el incendio de las chabolas de Mislata donde viven los cinco acusados de la presunta agresión sexual a una mujer de 39 años, fue intencionado. La policía científica seguía ayer con la investigación recogiendo huellas y pruebas de las tres casetas que calcinó el fuego y el camión que servía de techo a la supuesta víctima y su marido.

El incendio se produjo en la noche del jueves, el mismo día en el que que el titular del juzgado número 3 de Mislata decretaba libertad provisional para los cinco detenidos y la novia de uno de ellos, acusada de amenazas graves, con la medida cautelar de la prohibición de acercarse a la víctima a menos de 200 metros o comunicarse con ella mientras dura la causa, que está abierta inicialmente por delitos de agresión sexual y amenazas.

Mónica, de 20 años, es la única mujer que ha sido acusada por la mujer. La joven explicó a este periódico, defendiendo su inocencia y la de sus compañeros, que "nos han soltado por falta de pruebas" y en referencia a la víctima, apuntó que "ha contado varias versiones diferentes". "Nosotros hemos pagado por algo que no ha sucedido en realidad", añadió con contundencia.

Tras pasar tres días en el calabozo, ella, su marido y Petri (dos de los acusados) comieron en su casa y se quedaron durmiendo por el cansancio acumulado. Les despertaron las voces de alarma, ya de noche, advirtiendo de que se estaba quemando el campamento donde la pareja tiene un pequeño campo y Petri su caseta, construida por él mismo y donde guardaba todas sus pertenencias.

Cuando llegaron hasta el lugar, las llamas estaban arrasando sus propiedades, mientras los bomberos trataban por todos los medios de extinguir el incendio. "Les dije que tenía animales y que tenía que pasar a rescatarlos pero no me dejaron. Por desgracia, se han muerto dos cerdos de Guinea y se me han quemado los juguetes de la niña y las hortalizas que tenía plantadas mi pareja", explicó Mónica.

 

Petri tuvo peor suerte y el fuego acabó con todo lo que tenía, incluso con el camión aparcado en su terreno que había servido de vivienda para la supuesta víctima de la agresión sexual y su marido. "Si no se hubiera quedado en mi casa durmiendo, ahora estaría muerto", puntualizó Mónica, viendo el estado de la caseta de su amigo.

La indignación por estos hechos en este pequeño poblado ubicado entre Mislata y Xirivella se extendió como la pólvora. La mayoría de sus habitantes son personas de nacionalidad rumana y se conocen todos. Es uno de esos sititos donde el dinero, que no abunda, se sustituye por cadenas de favores. Al parecer la víctima y su marido no cayeron muy bien entre la comunidad desde el principio.

 

"Cuando llegaron aquí, Petri les cedió su camión con toda su buena intención porque no tenían donde vivir y se lo había dado una fundación pero desde que se instalaron aquí, todo han sido problemas", comenta la madre de Mónica, María José.

La joven asegura que la denuncia de la agresión sexual "la han puesto como venganza por echarlos de aquí". "Este es un sitio tranquilo donde viven personas que no tienen otro sitio donde ir y familias con niños que han puesto en peligro con el incendio", añaden los residentes del campamento.

No obstante, según la investigación realizada por la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional, que han proporcionado una atención integral eficaz tanto a la víctima como a su pareja sentimental para garantizar su bienestar desde que interpuso la denuncia, uno de los acusados habría comenzado a abusar sexualmente de la mujer de 39 años de forma continuada desde el pasado 13 de diciembre.

Para ello, habría aprovechado los momentos en que su pareja se ausentaba para trabajar, y la habría amenazado para que guardara silencio sobre estos hechos.

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