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Nacho Roca
Aldaia
Jueves, 22 de agosto 2024, 11:07
Un agente de la Policía Nacional en prácticas salvó el pasado lunes la vida de una bebé de un mes en Aldaia, tras realizarle la maniobra de Heimlich al comprobar que la menor no respiraba. La rápida actuación del agente permitió que la bebé expulsara los grumos de leche que obstruían sus vías respiratorias, recuperando así la respiración.
El incidente ocurrió alrededor de las nueve de la noche, cuando una pareja, visiblemente alterada, se acercó a los agentes que patrullaban por la zona para solicitarles su ayuda urgente. La madre llevaba en brazos a la bebé, que no mostraba signos de respiración.
Uno de los agentes de la Policía Nacional, que se encuentra en periodo de prácticas, verificó que la niña tenía el rostro hinchado y estaba inmóvil, aparentemente debido a un atragantamiento. Sin perder tiempo, procedió a realizar la maniobra de Heimlich adaptada para neonatos: abrió la boca de la menor, la colocó boca abajo sobre su antebrazo y le dio varios golpes en la espalda.
El rápido auxilio que recibió la bebé permitió que expulsara los grumos de leche que le impedían respirar. Tras repetir la maniobra, la niña comenzó a llorar, señal de que había recuperado la respiración.
Durante la intervención, los agentes de la Policía Nacional solicitaron asistencia médica, y la bebé fue trasladada por un equipo sanitario a un centro hospitalario para su observación y cuidados adicionales.
La rápida respuesta del agente fue crucial para salvar la vida de la menor, que había tomado un biberón poco antes del incidente, según explicó la madre a los policías. La bebé fue finalmente trasladada a un centro hospitalario para su observación.
El agente que hizo la maniobra de Heimlich tiene 25 años y hace solo mes y medio que salió de la Escuela Nacional de Policía, donde le enseñaron cómo realizar primeros auxilios. La formación que recibió en la academia de Ávila le permitió actuar con gran serenidad y eficacia cuando la madre de la niña le pidió ayuda, porque su bebé no podía respirar y no sabía qué le pasaba.
El policía en prácticas y su compañero de patrulla fueron a visitar a la madre y a la niña al día siguiente, y la mujer les agradeció la ayuda recibida.
El agente ha explicado a los medios de comunicación que todo ocurrió muy rápido, ya que «fue cosa de un minuto o menos y me salió natural por haberlo practicado ya en la academia de Ávila». También reconoció que vivió momentos de tensión, pero todo salió muy bien y no será fácil olvidar el servicio meritorio que realizó.
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