La protesta vecinal provoca que los trenes bajen la intensidad de los pitidos en Alfafar

La presión vecinal y la amenaza del Ayuntamiento de Alfafar de iniciar una demanda conjunta contra los silbidos de los trenes a su paso por la localidad parece que ha surtido el efecto esperado y, desde hace unas semanas, los convoyes son un poco más silenciosos cuando recorren las vías por el paso a nivel y la estación.

"Ya no pitan tanto e incluso algunos ni siquiera lo hacen", comentan los residentes cercanos a la infraestructura ferroviaria. Aunque podría ser motivo de alivio, no tienen mucha confianza de que la situación se mantenga en el tiempo, como ya ha ocurrido anteriormente.

La contaminación acústica se intensificó, tal y como denunciaron los vecinos, tras el último atropello mortal en el mes de junio. El uso del silbato es preceptivo por motivos de seguridad para advertir a los peatones cuando cruzan por el paso a nivel, aunque, según fuentes de la empresa ferroviaria, queda en función del agente de conducción la decisión de activarlo si lo considera necesario.

El fallecimiento del hombre que se produjo mientras cruzaba por el paso a nivel, hizo que el vecindario rompiera su silencio de años para volver a reclamar el soterramiento de las vías que constituyen una barrera artificial que rompe en dos el casco urbano, causando problemas de movilidad.

Unos meses después, se movilizaron ante los silbidos de los más de doscientos trenes que pasan a diario por enfrente de sus casas, instalando pancartas para advertir a Adif de que bajara la intensidad, que ya ha provocado problemas de salud constatados con partes médicos entre algunos de sus residentes.

Tras comunicarlo al Ayuntamiento de Alfafar, el apoyo fue inmediato y el alcalde, Juan Ramón Adsuara se comprometió a denunciar al administrador ferroviario antes las autoridades competentes con una demanda conjunta.

Además, el consistorio comenzará en breve las mediciones de los decibelios de los silbidos, porque a pesar de que esta disminución de la contaminación acústica que se ha constatado principalmente a las seis de la mañana y las doce de la noche, durante el día sigue siendo más que evidente. Los técnicos municipales ya se han puesto en contacto con los vecinos para llevar a cabo esta acción que se hará durante las 24 horas del día, con el fin de determinar si superan el nivel preceptivo.

Adsuara constata que "es cierto que ha disminuido". "Si con esto conseguimos que se construya un paso subterráneo para peatones y evitar los pitidos y el tener que cruzar a diario el paso a nivel, conseguiremos lo que no se ha logrado nunca y sobre todo el bienestar de los vecinos", advierte el alcalde que deja una puerta abierta a esta posibilidad "siempre y cuando no se descarte el soterramiento definitivo de las vías".

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