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Ada Dasí
Torrent
Viernes, 11 de noviembre 2022, 17:18
Los vecinos de uno de los tramos de la calle Padre Méndez de Torrent, entre los cruces con Tirant lo Blanc y Garbí, han vuelto a reclamar al consistorio para que intervenga en pacificar la convivencia que según afirman «es insostenible» debido a los ruidos por la acumulación de hasta cinco bares y terrazas en pocos metros.
Los ánimos de los residentes se habían apaciguado un tanto después del cierre de uno de ellos que funcionaba como pub, pero tras reabrir sus puertas hace dos semanas los problemas han vuelto a repetirse con mayor virulencia.
Contaminación acústica, peleas de madrugada con intervención policial y consumo de sustancias estupefacientes, son algunas de las situaciones a las que tienen que hacer frente a diario. "Los locales abren a las ocho de la mañana, los viernes cierran a la 1:30 y sábados y festivos están hasta las 3", explican. "Las terrazas ocupan una gran parte de las aceras, no cumplen la distancia mínima de 1,80 de la fachada, y para pasar tienes que esquivarlas", apuntan.
"Llevamos así casi dos años así", señalan y añaden que "hay vecinos que padecen cuadros de ansiedad ante esta situación de ruido constante, que ya es totalmente insostenible e incompatible con la vida cotidiana dentro de las viviendas". Además, sufren amenazas de los clientes de los bares, cuando llaman a la policía por los desordenes y la inseguridad vial también es una constante, "con vehículos que circulan a gran velocidad y con escape de humos muy ruidosos por este tramo, por lo que hay serio riesgo de atropello o colisión".
Por todo ello advierten de que algunos vecinos están pensando (o ya lo han hecho) en poner en venta sus viviendas "pero es más que probable que sea por debajo de su valor real debido a la degradación que ya sufre la zona".
La mayoría de vecinos de la barriada son personas mayores que siempre han residido allí. "Yo llevo casi 20 años y siempre ha habido bares, pero nunca han causado tantas molestias como ahora", comenta una vecina. "La pregunta que nos hacemos a diario es si esta noche podremos dormir", añade y señala que "no es normal que tengamos que presenciar peleas y hasta un acuchillamiento desde nuestras ventanas".
Esta es la segunda vez que los afectados reclaman ante el Ayuntamiento (en la primera presentaron más de 150 firmas de apoyo), apelando a la ordenanza municipal reguladora de las normas básicas para la convivencia ciudadana. "Lo que queremos es que cierren las terrazas a la hora establecida", puntualizan y advierten de que en este tramo hay cinco. También piden de forma urgente mediciones acústicas para saber el grado de contaminación que soportan a diario para que se tomen medidas, así como más vigilancia policial.
Tras la primera queja formal el consistorio realizó controles en la zona que se saldaron con una quincena de multas, la mayoría por tenencia de drogas. No obstante, unos meses más tarde, los mismos problemas siguen preocupando a los vecinos.
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