Ada Dasí
Catarroja
Lunes, 16 de enero 2023, 15:51
Erik Lozano ha hecho historia en el mundo fallero de Catarroja como el primer fallero mayor. El joven, de 19 años, al mismo tiempo que ha cumplido el sueño que tenía desde pequeño, ha abierto las puertas de la fiesta josefina a otros muchos que como él, esperan poder representar a su comisión sin que el género sea un impedimento.
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La reivindicación unida a altas dosis de emoción estuvo más que presente en el acto de exaltación del cuadro de honor de la comisión Plaça de la Regió el pasado domingo. El TAC acogió esta alegoría, en la que bajo el lema 'Coses rares', el mundo fallero local se enfrentaba a la disyuntiva de elegir entre el pasado y el futuro de la fiesta josefina, con una máquina del tiempo. Avanzar o quedarse como estaba en los años 80 cuando las Fallas llegaron a esta localidad de l'Horta Sud.
En la mente de todos y, también del protagonista de la historia, estaba el que los hombres pudieran dar el paso y ser fallero mayor. Una opción que se ha hecho realidad y que Erik está viviendo con intensidad con el apoyo de su familia, los componentes de su comisión y del resto de fallas dentro y fuera de Catarroja. Pocos cambios en la ceremonia, solo que en lugar de imponerle la banda, el joven recibió una caramba que lo acredita como tal, más adecuada para distinguir a la figura masculina.
Tras ser proclamado como máxima representantes hace un mes, junto al cuadro de honor que forman la fallera mayor infantil, Itziar Tomás, presidente infantil, Joan Díaz, y presidente, Javier Vázquez, el ritmo que impone el ejercicio fallero no ha parado.
"Hemos ido a actos y presentaciones dentro y fuera de Catarroja y todo ha ido genial", comenta Erik, que evidencia la ausencia del rechazo por la figura a la que representa, eminentemente femenina. Tampoco ha influido su género para integrarse a la perfección con el resto de falleras mayores de las diez comisiones locales.
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La ilusión que le embarga por completar su reinado es más que evidente, con los 13 trajes que se ha confeccionado, uno diferente para cada uno de los actos que ha vivido y que le quedan por delante. El más esperado, la Crida, "es el momento en el que sabes que las Fallas ya están aquí", comenta, y espera disfrutarlo con sus compañeras desde el balcón del ayuntamiento.
"Solo tengo palabras de agradecimiento a mi comisión y en general a todo el colectivo fallero por hacer posible todo esto", destaca el joven. Respecto al precedente que ha supuesto su paso al frente, Erik le resta importancia pero reconoce sentirse "encantado" de que ya hayan otros ejemplos de este pulso a la tradición.
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Para que el joven pudiera vivir su ejercicio con todos los derechos que corresponden al cargo, sin tener que renunciar a los concursos, la propuesta presentada por su comisión tuvo que ser aprobada por la asamblea de presidentes, que presentó una enmienda a los estatutos. El congreso fallero aceptó sin oposición y se modificaron todos aquellos artículos en los que el enunciado recogía la figura de fallera mayor, añadiendo el de fallero mayor. De este modo, se abre la posibilidad de que cunda el ejemplo de Erik.
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