Borrar
Urgente El precio de la luz sigue cayendo con la nueva tarifa: las cinco horas gratis para enchufar los electrodomésticos
Todo preparado para el almuerzo. N.R.
Una semana llorando y veinte días durmiendo en el bar

Una semana llorando y veinte días durmiendo en el bar

La historia de Ángel Mestre, propietario de la Tasca Horta Sud en Albal es la de la lucha por salir del fango y volver abrir la persiana con los almuerzos que alegran el día a la clientela

Nacho Roca

Albal

Jueves, 3 de abril 2025, 12:15

Todavía hay quien la recuerde como Tasca Fina tras cinco décadas de trayectoria, pero tras el traspaso hace tres años, Ángel Mestre le cambió el nombre a Tasca Horta Sud en la calle Sant Carles 66 de Albal y con el cartel, también remodeló el concepto y la carta de una cocina que llega de lleno al paladar, en un local que se convierte en punto de encuentro.

Natural de Forn d'Alcedo se reinventó tras la pandemia con la apertura de la Tasca Horta Sud «todo costó muchísimo, como cualquier negocio. Y estamos levantándolo, de hecho ganamos el segundo premio de los almuerzos de la Ruta del Almuerzo en julio del año pasado. Y eso nos dio mucha fama, junto con los almuerzos las tapas de pata de jamón, que es mítico aquí. Y bueno, la gente nos iba conociendo, y nos ha estado acompañando y apoyando durante mucho tiempo».

El 29 de octubre, «afortunadamente nos fuimos a las seis de la tarde. Normalmente, cerramos a las diez, pero nos anularon el campeonato de dardos que acogemos aquí los martes y los miércoles, y decidimos irnos a casa. Somos una familia bastante humilde. Somos una pareja, tenemos dos trabajadoras y una estaba de baja, y lo pasamos bastante mal». «Desde la ventana vimos como poco a poco se iban llenando las calles y como nos quedamos sin los dos coches y sin la moto», recuerda Ángel.

Al día siguiente intentó llegar al bar, pero fue imposible. «Me dijeron que pasara cuanto antes que estaban saqueando los negocios. Y ahí me puse nervioso y el jueves me vine andando. Me vine andando y hasta que llegué aquí es rezando, que no hubiera pasado nada, pero la puerta estaba bollada porque se había estampado un coche. En cuanto abrí la primera persiana empezaron a aparecer café descafeinado, los dardos, copas incluso dentro del baño, copas de licor dentro del baño, una bombona de butano encima de una mesa. Un metro quince de destrucción. No me saquearon, gracias a Dios, pero el problema que tuve es que al romperse la persiana, me tuve que quedar aquí diecinueve días durmiendo».

«Y yo estuve una semana llorando, lo he pasado muy mal. La siguiente semana ya empezó a venir ya la ayuda. Nosotros aquí hacíamos comida para voluntarios, porque el amor con amor se paga. A mí me ayudaron muchísimo y nosotros intentamos ayudar en lo que pudimos». Y ahí empezó la limpieza, reconstrucción y adecuación del local, a la espera de las ayudas de la Generalitat, del Estado y del Consorcio y «gracias a Juan Roig estoy aquí. Así de claro. Luego también hemos tenido otras ayudas. Yo tengo una vecina también que es holandesa, hizo un banco de donaciones. Unos bomberos de Valencia que me regalaron lavavajillas. Unos bomberos de Córdoba que a través de otro bar recaudaron 800 euros también para nosotros y vinieron personalmente desde Córdoba a donárnoslo».

Y así volvió de nuevo la Tasca Horta Sud, con almuerzos y cenas. «A mediodía cerramos para tener el tiempo de descanso. Nosotros abrimos todos los días de la semana. Cerramos domingo tarde y lunes tarde. Pues aquí, indudablemente, el almuerzo estrella es el bocadillo de jamón o el de jamón y queso. Es algo que se ha ido haciendo durante 40 años. Nosotros hemos seguido a través de su consejo de seguir con esa dinámica con un pan bueno, un almuerzo bueno y un jamón bueno, unas aceitunas buenas, un café bueno y es éxito asegurado». «El 50% de los almuerzos que hacemos aquí son de jamón. Gastamos tres jamones a la semana. Empezamos con uno. Hemos llegado a gastar incluso cuatro jamones y medio en una semana, en julio del año pasado, antes de la dana. Y a día de hoy, pues, estamos en tres jamones a la semana». «Tenemos también bocadillos de sepionet, calamar rebozado, patitas de calamar, los torrendos de Soria y la oreja a la plancha», explica Ángel Mestre.

Las cenas ya tenemos otro concepto, «tenemos una carta en la que, evidentemente también está el bocadillo de jamón, pero que ya no es vitrina, son bocadillos más elaborados a los que se acompañan con tapas», unos platos cocinados con mucho agradecimiento a todas las personas que han hecho posible que vuelva a abrir, y dedicación a la cocina, unos condimentos de exquisitez en la Tasca Horta Sud de Albal.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Una semana llorando y veinte días durmiendo en el bar