José Galán, este martes junto a su mujer Raquel y su hermana Noelia. IRENE MARSILLA

Del sucio barro de la dana a los pasteles que ganan premios

Pastelería Galán, uno de los comercios más conocidos de la zona cero de la dana, ultima su reapertura tras la reforma integral del establecimiento en Albal

PACO MORENO

VALENCIA

Miércoles, 22 de enero 2025, 00:55

Joaquín y Dora abrieron el negocio en 1973 y ahora ya lo gestiona la segunda generación. Al igual que otros comercios de Albal resultó duramente ... sacudido por la dana del 29 de octubre, pero tras una gran esfuerzo pretende reabrir sus puertas el 1 de febrero. La más que conocida Pastelería Galán, poseedora de numerosos premios en los certámenes del gremio, ha renacido del barro. Vuelve la ganadora del premio a la mejor mocadorà de 2024 en el concurso de Sant Donís del Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia. También algunas primeras posiciones en las competiciones de Semana Santa y Pascua.

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José Galán, hijo de Joaquín y Dora, de 45 años y que gestiona la pastelería junto a su mujer Raquel y su hermana Noelia, tiene claro a quien ofrecerá los primeros pasteles del nuevo obrador. Sus hijas Paula y Lucía, de 10 y 12 años, recibirán el dulce que más les gusta: chocolate.

La reconstrucción ha sido muy dura, comenta. Los daños estimados por las inundaciones (entró más de un metro de altura de agua) se llevaron por delante bienes valorados en 350.000 euros, por lo que se estrenará todo. «Todo será nuevo para ofrecer lo de siempre, los productos de toda la vida», dice al recordar los pasteles, tartas y productos de la panadería que han hecho famosa la marca de este establecimiento.

«La gente nos dice en la calle que a ver cuándo abrimos, que les duele el estómago por lo que comen», dice con ironía acerca de la elaboración de panes con productos precocidos. El uso de fermentaciones controladas y largas hace que los productos de Galán resulten mejor para el horario de los empleados y la digestión de los clientes.

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«Se perdió todo de puertas adentro, los obradores, las cámaras de frío, todo», subraya. Eso sí, su padre había dejado un libro de recetas en alto, lo que fue un gesto afortunado. «Las tenemos también en la cabeza», ríe optimista ante la reapertura.

Aspecto del entorno de la pastelería tras la dana, en la avenida Cortes Valencianas, 92 en Albal. LP

Los 16 trabajadores volverán, al igual que los miembros de la familia. Los que se dedican al obrador irán unos días antes para prepararlo todo antes de la apertura al público. «Esta semana estamos ultimando y terminando de limpiar. Necesito cuatro o cinco días para producir y poner todo a prueba antes de reabrir».

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Cita como ejemplo los tests que hará a la amasadora y el horno, para ver cómo funcionan. «Igual lo que antes necesitaba 180 grados ahora son 210 grados, lo tengo que probar todo con la nueva maquinaria», explica.

El punto fuerte del negocio es la venta de pastelería, sobre todo los fines de semana. Tartas de cumpleaños tienen también mucha salida, al igual que los productos de la panadería. La anterior reforma del local de 500 metros cuadrados era de 1992, por lo que se ha optado por un rediseño total.

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Galán admite que los primeros días tras la dana pasó por su cabeza no seguir. «Fue ver a los voluntarios y empezar a cambiar de opinión. También con la ayuda de mi mujer Raquel y el resto de la familia. La reapertura es un logro de todos», destaca, antes de volver al trabajo para convertirse en uno de los comercios singulares que logra salir del barro.

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