Borrar
Lotería La Lotería Nacional de este jueves reparte el primer premio entre cinco municipios, uno de ellos cuna del buceo y el snorkel
Maruja junto a su hija Belén. Nacho Roca.
Tres generaciones dedicadas a la prensa

Tres generaciones dedicadas a la prensa

Maruja Sánchez convirtió la academia en librería y posteriormente en kiosco para vender periódicos a petición de la clientela

Nacho Roca

Picanya

Lunes, 14 de abril 2025, 16:44

El Kiosco Levante de Picanya tiene una larga trayectoria, más de cuarenta años. Maruja Sánchez, profesora de profesión abrió una academia de repaso, y para aprovechar el local, habilitó la parte delantera como librería en la década de los ochenta del siglo pasado, «no como kiosco», aclara Maruja, quien explica que «pero como no teníamos kioscos, la gente del pueblo me animó a tener prensa, prensa, pues bueno, pues vamos a empezar con la prensa y luego que sí las pipas, que sí las chuches y ya está. Y así 40 años». Ahora, el kiosco lo regente su hija, pero Maruja, hecha a estar con la clientela y a comentar la actualidad del día, se acerca todos los días hasta el negocio que abrió con su marido.

El pasado 29 de octubre, Maruja junto a si hija Belén, estaba en el establecimiento «y cuando llegó el agua, ya nosotras no pudimos hacer nada. El agua ya estaba aquí». Cuando las avisaron «el barranco lleva muchísima agua, pues vamos a verlo. Pero yo nunca se me ha ocurrido ir a ver esas cosas porque me da miedo». Se quedaron en el negocio viendo como el agua y el fango arrastraba todo. El nivel llegó a medio metro y ambas, madre e hija estuvieron juntas hasta que el agua comenzó a bajar. La nieta de Maruja e hija de Belén se había refugiado en la farmacia, a unos cincuenta metros del negocio, y cuando el agua descendió iniciaron el camino del reencuentro.

«No podíamos irnos a casa. Cerrar no podíamos cerrar tampoco. Y fuera no podíamos salir porque si salíamos sabíamos que nos llevaban. Yo ahora tengo 82 años. Y cuando vimos que bajaba un poquito cerró mi hija la persiana y nos fuimos a la farmacia», explica Maruja. «Un muchacho nos ayudó creando un cordón y un camino para poder pasar, y de camino, dos niñas que me conocen me invitaron a subir a su cada porque llevaba las piernas sangrando. Me bajaron una silla y un chiquito de arriba me bajó un botiquín y me estuve curando. Y ya cuando vivimos ya sobre las dos y media o las tres de la mañana, empezamos a ver que ya bajaba. Me hicieron como una vereda».

El Kiosco Levante, en la avenida Santa María del Puig, número 1 de Picanya, pudo reabrir a principios de noviembre «porque es nuestro medio de vida y si no trabajamos no tenemos nada», explica Belén. Al principio fue muy duro porque el suelo estaba con moqueta y todo era un desastre, poco a poco han vuelto a cierta normalidad. Abrimos porque la gente no tenía de nada, y excepto prensa pudimos ir abasteciendo a los vecinos de lo que necesitaban. Todavía hoy es visible la marca del agua en algunos estantes, pero las ayudas, el voluntariado y los clientes que han vuelto al kiosco han devuelto la felicidad a Maruja, que con sus 82 años, sigue al pie del cañón ayudando a su hija en el negocio que ella abrió hace cuarenta años.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Tres generaciones dedicadas a la prensa