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«No quiero hablar, déjame pasar». Este martes, muchos de los usuarios de Metrovalencia llegaban con ese humor a la estación de Valencia Sud. En el día del estreno de la ampliación del servicio para beneficiar a los pueblos de la zona dana, una serie de circunstancias ha hecho que se rompieran a peor todas las frecuencias de paso previstas.
A pie de andén, el director general de Ferrocarrils de la Generalitat, Alfonso Novo, explicó que irá mejorando a lo largo de los próximos días. ¿Qué ha pasado hoy? La culpa la tiene el cuello de botella que se forma poco antes de llegar a València Sud desde la ciudad de Valencia, donde la reducción de líneas ferroviarias hacía imposible la frecuencia de paso que se pretendía. Hoy debía conseguirse en el resto de la red un tiempo de paso de cada 15 minutos, anterior a la dana.
El cambio sobre la situación anterior ha supuesto la reapertura de la estación València Sud con el fin de que los convoyes puedan salvar el nuevo cauce del Turia. La ventaja es que la playa de vías de esta estación puede acoger las líneas 1, 2 y 7. Además, se ha habilitado un aparcamiento para autobuses lanzadera desde Paiporta y Picanya, además de otro para vehículos privados.
No obstante, a primera hora de la mañana se ha tenido que cortar la llegada de la línea 7, que en Bailén encauzaba ya hasta el aeropuerto de Manises en lugar de seguir en unos de sus ramales hacia l'Horta Sud. Eso ha durado una hora aproximadamente, ha informado la compañia. «Esto es vergonzo y encima pagando», salió diciendo una viajera tras pasar su billete por el torno de la estación intermodal provisional.
Pero no ha sido la única incidencia. «En cada estación nos parábamos cada diez minutos», afirmó una de las usuarios. Los ajustes para que «quepan» los convoyes en las vías obligada a esos parones, con el consiguiente enfado de los viajeros.
«Mal, fatal, yo vengo de Colón. Hemos subido bien pero el metro se paraba en cada estación con retrasos increíbles, cuatro o cinco minutos en cada una», apuntó otra, quien dijo que el problema es que se ha cambiado de tren hasta tres veces. «Nos decían que teníamos que bajar, que eran órdenes. La gente se enfadaba pero no había nada que hacer», dijo Beatriz.
También ha habido momentos para el despiste. «Hemos tenido un retraso de diez minutos, pero dónde se coge el autobús para Torrent», comentó un pasajero. «Aquí están los que van a Paiporta y Picanya», contestó voluntarioso un empleado de Ferrocarrils, quien le dijo que debía volver hacia Valencia.
«A mí me ha ido bien, lo único es que se ha parado un rato el metro, pero me ha ido bien». Esta viajera, de nombre Carla y llegada desde Canterería, tenía también la intención de dirigirse a Torrent como en el caso anterior. La sorpresa la tuvo al llegar al aparcamiento de autobuses.
«Ha venido con retraso y luego hemos estado parados un rato, pues lento. Es lo que nos toca», explicó otra usuaria resignada a la situación de reconstrucción. «Vengo de Túria y me dirijo a Paiporta, ahora cogerá un autobús», señaló.
«Ha tardado un montón, diez minutos en cada estación», comentó otra de las viajeras. «Retraso, retraso, retraso, es lo único que decían en la megafonía», dijo Iris, que llegaba desde La Amistad con el propósito de llegar a Picanya.
La modificación de hoy conlleva, al mismo tiempo, la reorganización de los servicios de autobús alternativo a la red de metro, de manera que se establecen tres nuevos intercambiadores intermodales.
Los autobuses lanzadera de Picanya y Paiporta llegan hasta el aparcamiento de València Sud, de modo que los viajeros acceden al metro, a través de una plataforma accesible, con los elementos propios de una estación, como línea de validación, megafonía, interfonos, máquinas de autoventa de títulos o teleindicadores.
El resto de los servicios de autobús alternativos al servicio de metro, puestos en marcha por la Generalitat, se reorganizan también de manera que los procedentes de Torrent enlazan con la estación de Safranar de Metrovalencia y los de Picassent y la comarca de La Ribera llegan a la avenida de Giorgeta, en un punto próximo a la estación de Jesús.
El director general, Alfonso Novo, explicó que había algún «pequeño problema, es normal porque estamos dando un servicio nuevo, estamos poniendo en marcha todas las alternativas, tanto de los autobuses como del metro». A las cinco de la mañana se ha empezado con la frecuencia anterior a la dana en las tres líneas que llegan a València Sud.
«Eso, el primer día, hay problemas de conexión y derivados de la frecuencia», dijo para explicar que el acceso a València Sud se hace a través de una vía, el cuello de botella que ha provocado todos los problemas. Estamos replanteando todo ese servicio para ir conjuntando todo para que vaya de la mejor manera«, subrayó, para indicar que en los próximos días se irá ajustando.
El aparcamiento se quedó pequeño a media mañana. «La previsión es aumentar su capacidad, lo que ya estaba planeado», dijo Novo, para recordar que una parte de la explanada ha sido utilizada para acopio de materiales por la Unidad Militar de Emergencias en sus labores en la zona dana. La estimación es que se llegue a las 300 plazas.
Después de una mañana más que complicada, la situación se ha ido normalizando, según han indicado fuentes de Metrovalencia. «Es una situación compleja con limitaciones técnicas y es indispensable un proceso de rodaje. A pesar de los retrasos hemos conseguido recuperar la frecuencia de paso anterior a la dana», han señalado en referencia al paso de un convoy cada quince minutos.
La incorporación al servicio de parte de València Sud ha sido posible gracias a las obras de reconstrucción que se llevan cabo en estas instalaciones y que han permitido acondicionar una estación provisional, a la espera de completar los trabajos del nuevo Puesto de Mando, oficinas, talleres, edificios anexos y vías auxiliares, arrasados por el agua.
A su vez, tras la apertura de esta estación, FGV continúa trabajando en el tramo Paiporta-Castelló, con graves destrozos que están en fase de reparación y construcción, con el objetivo de estar en condiciones de entrar en servicio de nuevo antes del verano de este año.
Hasta el momento FGV ha adjudicado un total de 38 contratos de emergencia por valor de 113 millones de euros, IVA incluido, con la finalidad de reconstruir las instalaciones e infraestructuras dañadas por las inundaciones.
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