Las vigías de l'Horta Sud siguen en pie

Cuatro torres vigías siguen en pie en la comarca de l'Horta Sud y aunque con el paso del tiempo han perdido su funcionalidad defensiva se han convertido en un elemento patrimonial digno de poner en valor. Han tenido que pasar diversas etapas para que los ayuntamientos apostaran por recuperarlas siguiendo el mismo patrón y las técnicas con las que las fueron construidas en el época medieval.

Echando la vista atrás, las reformas de los años 70 las desvalorizaron, sin tener en cuenta sus características y utilizando cemento sobre la piedra original. Actuaciones que después, se tuvieron que subsanar atendiendo a la razón de que su verdadero interés reside en recuperar su aspecto original.

Torrent, Silla, Picassent y Albal han hecho un esfuerzo para mantener y cuidar esta parte de su historia que merece la pena rescatar. Las torres se alzan en el centro de las localidades, a excepción de la de Espioca en Picassent, y a su alrededor el urbanismo ha ido ganando terreno a expensas de robarles el protagonismo que tuvieron antaño.

Pero aún así, no pasan desapercibidas y en el caso de la de Torrent, sigue siendo una atalaya desde donde se divisa la Serra Perenxisa e incluso las torres defensivas de Valencia.

Ahora, de nuevo, han recobrado protagonismo con una de las rutas turísticas que ha puesto en marcha la Mancomunitat de l'Horta Sud para poner en valor el patrimonio que atesoran las 20 localidades que la forman.

La ruta de las torres vigías o torres moras como se conocen popularmente, corre a cargo de Arca Cultural, que hace de guía en un incursión en la época medieval, de las que data su origen, y que empezarán a partir del mes de febrero cuando el tiempo acompañe.

El recorrido se salta la torre de Albal, a la espera de un reforma, e introduce la Torre Mussa de Benifaió, a escasos 900 metros del linde con la comarca de l'Horta. En las visitas se habla sobre su historia, origen, peculiaridades, evolución y sucesivas restauraciones, "cada una de ellas es diferente y tiene su propia personalidad", señala el arqueólogo Paco Blai.

La más imponente del recorrido es la de Torrent, que es el emblema de la ciudad desde su origen y posiblemente la que le dio su nombre. También es la de mayores dimensiones, con cinco plantas y terraza. La planta baja contiene los paneles explicativos de cada uno de los periodos históricos que se han establecido para contar su historia.

La de Silla, en el casco antiguo del municipio, es más achatada aunque se cree que le falta la coronación y que perdió altura. Según explica Blai, "no solo tenía una función de vigía sino que se utilizó como un espacio habitacional". Desde el punto más alto, se divisa todavía la Albufera y lo que debía ser, en su época, la Vía Augusta, con el tránsito de mercancías.

En su fachada se pueden apreciar las técnicas de construcción y el uso de piezas romanas de un asentamiento anterior en su base, que aprovecharon los musulmanes con su propia técnica.

En esta localidad también se incluye la visita al Museo de Historia y Arqueología (MARS), donde se muestran estructuras y los objetos y hallazgos más importantes procedentes de las excavaciones arqueológicas de las villas romanas.

Respecto a la torre Espioca de Picassent, todavía no es posible visitarla por dentro tras la reciente rehabilitación que acometió el Ayuntamiento, después de la cesión por parte de sus propietarios. La otra de las paradas da a conocer las características de la torre Mussa, junto a la carretera de Benifaió a Catadau, que solo se puede ver desde el exterior.

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