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Homenaje a las víctimas mortales del secuestro.
El secuestrador de Sídney tenía licencia de armas

El secuestrador de Sídney tenía licencia de armas

El primer ministro australiano ha encargado un informe de los hechos que rodean la toma de un café que se saldó con dos rehenes muertos

EFE

Miércoles, 17 de diciembre 2014, 07:18

El primer ministro australiano, Tony Abbott, ha revelado que el autor del secuestro de 17 personas el lunes en un café de Sídney poseía licencia para portar armas.

"¿Qué hacía con una licencia para portar armas? (...) ¿Cómo se le obsequió con el permiso de residencia permanente? (...) ¿Por qué se permitió que se beneficiara de los servicios sociales?", han sido algunas de las preguntas que Abbott ha pedido aclarar a las agencias gubernamentales en referencia al secuestrador, el clérigo iraní Man Haron Monis.

Katrina Dawson, una abogada australiana de 38 años y madre de tres niños, y su compatriota Tori Johnson, de 34 años y gerente del café asaltado, murieron durante el incidente, así como el secuestrador, presuntamente abatido por agentes de policía.

El secuestrador tenía asilo en Australia desde 2001 y se le había concedido la libertad condicional durante un proceso en el que se le acusaba de ser cómplice en la muerte de su exesposa, además de ser conocido por enviar cartas ofensivas a los familiares de soldados australianos muertos en Afganistán y haber sido acusado de delitos sexuales.

Abbott también ha anunciado que el Gobierno federal y el del estado de Nueva Gales del Sur realizarán un informe con recomendaciones, con carácter de urgencia, de los hechos que rodean la toma de este popular café situado en el corazón financiero de Sídney.

Este informe, que deberá estar preparado para finales de enero, deberá explicar por qué Monis obtuvo una licencia de armas y por qué no fue incluido en 2009 en una lista de seguridad si ya era "una persona de interés" para la agencia de Inteligencia (ASIO) "desde hacía un buen tiempo". El informe deberá ser "ser meticuloso, rápido y necesitamos poner las lecciones en práctica tan pronto sea posible", ha dicho Abbott.

El primer ministro ha subrayado que se necesitan despejar incógnitas sobre cómo una persona "con una historia de obsesión con el extremismo, delitos violentos e inestabilidad mental pudo haber tenido una licencia para portar armas".

Acceder a sus demandas hubiese sido peligroso

Mientras tanto, medios locales señalan que la Policía australiana rehusó acceder a las demandas del secuestrador por considerar que podrían poner en peligro la vida de los rehenes. El iraní exigía que le llevaran la bandera del Estado Islámico (EI) y hablar por teléfono con el primer ministro australiano.

La Policía se opuso a la libertad condicional del secuestrador

  • La Policía australiana ha señalado que se opuso a la concesión de la libertad condicional para Man Haron Monis. "Estábamos preocupados de que este hombre obtuviese la libertad condicional desde el principio", ha indicado el comisionado de la Policía del estado de Nueva Gales del Sur, Andrew Scipione, en una rueda de prensa. Las autoridades reclamaron que se le denegara la condicional, pero Scipione ha precisado que esa decisión estaba en manos del sistema judicial.

  • El comisionado responde así al debate en torno a la libertad condicional de la que gozaba Monis, quien provisto con un arma tomó un popular café de Sídney exigiendo le llevarán la bandera del Estado Islámico (EI) y hablar por teléfono con el primer ministro australiano, Tony Abbott.

  • "El sistema no funcionó con este individuo adecuadamente, no hay duda de ello", ha admitido Abbott, quien debatió la víspera este asunto con el Comité de Seguridad Nacional de su Gabinete y ha expresado su conmoción porque Monis no estaba en ninguna lista de vigilancia.

  • Scipione ha explicado que Monis no había sido condenado aún y que los delitos no estaban vinculados a la violencia por motivos políticos. El policía ha comentado que como el secuestrador hay muchos otros. "Claramente nosotros trabajamos bajo un sistema basado en las prioridades, así que si alguien está en la lista de vigilancia de la seguridad nacional, entonces le prestamos una especial atención", ha subrayado Scipione.

Patrick Van Grinsven, exnegociador policial y experto en terrorismo, ha señalado al portal news.com.au que Monis pudo haber utilizado la bandera del EI y la llamada para captar la atención mundial y comenzar a ejecutar a los rehenes en vivo. "De obtener la bandera del EI, la hubiera utilizado para hacer una declaración muy dramática", ha indicado Van Grinsven al comentar la toma del café de la calle Martin Place, en el corazón financiero de Sídney, que terminó con una intervención policial. Respecto a la conversación con Abbott, el experto en negociación ha apuntado que es una petición "difícil de conceder" porque "sienta un precedente peligroso. Los gobiernos de todo el mundo no lo considerarían".

Se desconocen los detalles de las negociaciones y la fluidez de la comunicación con Monis o si éste logró que le concedieran otras demandas, ya que las autoridades no han desclasificado aún mucha de la información relacionada con el secuestro.

Testimonios

Mientras Australia rinde tributo a las víctimas y las autoridades revisan las medidas de seguridad, comienzan a surgir algunos datos sobre las tensas 17 horas que vivieron los rehenes dentro del 'Lindt Chocolate Cafe', donde intervino la Policía tras escuchar disparos en su interior.

Los testimonios de familiares y amigos de los rehenes recogidos por la edición australiana del diario The Guardian señalan que el secuestro comenzó cuando Monis apuntó con su arma al gerente del café y ordenó a los clientes para que se pararan con las manos en alto. Les dijo que era representante del EI, que se trataba de un ataque terrorista y que había colocado bombas en todo el edificio, después cerró las puertas y ordenó a los rehenes que se quedasen quietos con las manos en alto, momento en el que los vio una mujer que dio la alerta.

Durante 17 horas de llantos y tensión, Monis tomó el control de las comunicaciones y "se rodeó de los trabajadores de Lindt", ha señalado una fuente anónima a The Guardian Australia, "obligándolos a estar cerca de él, los utilizó para controlar las redes sociales y enviar sus mensajes. Les decía qué hacer, a quién llamar y qué decir". También obligó a cuatro mujeres a grabar vídeos con el fondo de la bandera de declaración de fe islámica y en los que expuso sus demandas, y aunque fueron enviados a los medios no llegaron a ser transmitidos.

Según The Guardian Australia, Monis aparentemente iba a soltar cinco rehenes si se transmitía en vivo su conversación con Abbott, otros dos si el Gobierno declaraba que era un acto terrorista cometido en nombre del EI y otro más por la bandera del EI.

A medida que avanzaban las horas y tras la huida de los cinco rehenes durante la tarde, Monis, quien se hizo llamar "hermano", comenzó a tener un comportamiento errático e impredecible. "No había forma de razonar con él, estaba muy molesto", ha comentado uno de los rehenes no identificado al diario, quien ha agregado: "él sabía que su mensaje no era difundido y estaba cada vez más furioso".

Los momentos finales son confusos, aunque se cree que uno de los rehenes intentó arrebatarle el arma y se produjeron unos disparos alrededor de las dos de la madrugada, lo que aceleró el operativo policial

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