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colpisa / afp
Martes, 1 de diciembre 2015, 00:06
El presidente ruso Vladimir Putin ha acusado este lunes a Ankara de haber abatido la semana pasada un bombardero ruso en la frontera con Siria para proteger el tráfico de petróleo que realiza hacia Turquía el grupo yihadista Estado Islámico (EI) desde los territorios que controla.
En la jornada, Putin ha rechazado entrevitarse con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, al margen de la COP21 en Le Bourget (norte de París). "Tenemos todos los motivos para pensar que la decisión de derribar nuestro avión fue dictada por la voluntad de proteger estas vías de paso del petróleo hacia el territorio turco, precisamente hacia los puertos donde es cargado en buques cisterna", ha declarado Putin en una conferencia de prensa al margen de la COP21 que comenzó hoy en Le Bourget, al norte de París.
"Hemos recibido informaciones complementarias que desgraciadamente confirman que ese petróleo, producido en zonas controladas por el EI y otras organizaciones terroristas, es encaminado masivamente, de manera industrial, hacia Turquía", ha señalado. Una vez más, Putin ha rechazado entrevistarse con Erdogan, cuyo país será sancionado económicamente por Moscú tras el derribo del avión.
"Si las acusaciones de Putin fueran comprobadas, la dignidad de nuestra nación impondría que abandone mis funciones", ha declarado Erdogan, citado este lunes por la agencia gubernamental Anatolia, asegurando que Turquía realiza todas sus importaciones energéticas "por la vía legal". "No somos deshonestos al punto de realizar este tipo de comercio con grupos terroristas. Todo el mundo debe saberlo", ha destacado.
Casi una semana después del incidente en el que dos cazas F-16 turcos abatieron en el espacio aéreo de la frontera sirio-turca a un bombardero Sukhoi-24 que regresaba de una misión, la grave crisis diplomática entre Moscú y Ankara no da señales de remitir.
La fiebre antiturca continúa en Rusia, donde los medios de comunicación estatales lanzan toda su ira contra Turquía, hasta ayer un socio privilegiado.
Ankara se niega a presentar excusas e insiste en que actuó de manera legítima para proteger su espacio aéreo. Por su parte, las autoridades rusas aceleran las represalias, traducidas en sanciones económicas contra Turquía, cuya amplitud será limitada pero su impacto real.
El embargo que Rusia prevé imponer a Turquía estará limitado a las frutas y verduras aunque podría ampliarse, en tanto estas medidas constituyen sólo un "primer paso", según dos responsables gubernamentales rusos.
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