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EFE
Lunes, 25 de enero 2016, 17:21
El Parlamento libio en Tobruk ha votado hoy en contra del nuevo Gobierno de unidad nacional propuesto el pasado martes por el número uno del Consejo presidencial designado por la ONU, Mohamad Fayez al Sarraj.
Isa al Aribi, miembro de esa cámara, ha señalado que 89 de los 104 diputados presentes se han negado a reconocer el citado Ejecutivo, condición necesaria para que pueda comenzar a rodar y recibir la ayuda prometida por la comunidad internacional.
Al Aribi ha explicado que Akila Saleh, presidente de esa Asamblea Legislativa, ha pedido al representante de Tobruk en el consejo que designó al gabinete, Ali al Katrani, y a su colega Omar al Aswad, ambos contrarios al Gobierno, participar en la votación. "Los miembros del Consejo de Diputados mostraron su rechazo a la formación del Gobierno de Al Sarraj" y pidieron recurrir a otro proyecto, ha dicho Al Aribi.
El Gobierno, repartido entre las tres principales provincias del país, fue nombrado hace una semana por Al Sarraj, el hombre al que la ONU eligió para dirigir el llamado consejo presidencial, que tampoco ha sido respaldado por ninguno de los gobiernos rivales en Libia. Nada más conocerse su composición, representantes del Ejecutivo en Trípoli ya advirtieron de que no estaban dispuestos a reconocer su autoridad.
Un país sumido en el caos
Libia es víctima de la guerra civil y el caos desde que en 2011 la comunidad internacional apoyara militarmente el alzamiento rebelde contra la dictadura de Muamar Gadafi.
Desde las últimas elecciones, el poder está dividido entre Tobruk y Trípoli, gobiernos a los que apoyan distintos grupos islamistas, señores de la guerra, líderes tribales y contrabandistas de armas, petróleo, personas y drogas.
Del enfrentamiento se aprovechan grupos yihadistas vinculados al Estado Islámico (EI) y a la organización de Al-Qaida en el Magreb Islámico (AQMI), que han ganado terreno y extendido su influencia al resto del norte de África. Los yihadistas controlan la ciudad oriental de Derna, vecina con Egipto, y la costera de Sirte, a unos 450 kilómetros de la capital, y han logrado penetrar también en la disputada Bengasi y en el extrarradio de Sabratah, localidad a medio camino entre Trípoli y la frontera con Túnez.
Las disputas sobre la legitimidad del Gobierno de unidad nacional se producen en medio de una ofensiva yihadista, lanzada hace dos semanas para tratar de hacerse con el control de los puertos petroleros de Sidrá y Ras Lanuf, los más importantes del país, que tienen desde entonces bajo asedio.
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