La estatua más alta del mundo

Lo primero que logró el proyecto para erigir una estatua a la que pondrían el nombre de Unidad fue desunir a la población, que es como suelen acabar estas cosas. Hubo quien dijo que era un despilfarro y quien se frotó las manos con sueños patrióticos de grandeza. Ambos tenían su parte de razón porque la estatua es cara -cuesta alrededor de 300 millones de dólares- y grande -está destinada a ser la más alta del mundo-.

La estatua de la Unidad tendrá una altura de 182 metros, 29 más que el Buda del Templo de Primavera en China, casi el doble que la Estatua de la Libertad y cinco veces el tamaño del Cristo Redentor de Río de Janeiro. El proyecto fue presentado al público en 2010, cuando Narendra Modi, actual primer ministro de India, anunció su construcción en la pequeña isla rocosa de Sadhu Bet, en el río Narmada, en el Estado de Gujerat. En octubre de 2013, Modi puso la primera piedra de la gigantesca obra, que ya está muy avanzada y, si se cumplen las previsiones, quedará terminada antes de este verano.

Tamaña mole es varias cosas a la vez. A simple vista, una gigantesca efigie de Sardar Patel, líder independentista frente a los británicos, que fue el primer ministro del Interior de la India moderna y mano derecha de Nehru, considerado como el padre del país. Desde el punto de vista político, es un golpe de efecto de Narendra Modi para modificar la narrativa oficial que ha imperado hasta ahora en la India contemporánea. Durante décadas, ha prevalecido en el país el relato de la dinastía Nehru-Ghandi, cuyos miembros han acaparado estatuas y nombres de hospitales, aeropuertos o estadios deportivos. Modi, rival de esta poderosa dinastía y, al igual que Sardar Patel, de Gujerat y nacionalista de derechas, quiere desempolvar la figura un tanto arrinconada del líder independentista y, de paso, establecer una línea histórica de continuidad entre ambos.

Finalmente, la estatua también es un gancho para atraer turismo a Gujerat. La colosal efigie se emplaza sobre una base que albergará un centro de visitantes y salas de exposiciones dedicadas a Sardar Patel y a la historia de la independencia de India. Además, se construirán hoteles, centros de investigación y convenciones, restaurantes, un jardín conmemorativo, un lago artificial y kilómetros de carreteras y puentes para conectar el complejo con la ciudad de Kevadia. Por supuesto, los visitantes podrán admirar el paisaje desde las entrañas del monumento.

La estatua ha sido diseñada por el artista especializado en grandes esculturas monumentales Ram Sutar, y su ejecución corre a cargo de la empresa estadounidense Turner Construction, responsable del rascacielos más alto del planeta, el Burj Khalifa de Dubai, y del estadio de los Yankees de Nueva York. Los núcleos internos de la efigie, dos enormes columnas de hormigón, ya han sido levantados; ahora ha comenzado la fase de ensamblar a modo de rompecabezas los paneles de bronce que darán forma a Sardar Patel.

«Cuanto más alta sea la estatua más conocida será India en el escenario global», dijo Narendra Modi cuando colocó su primera piedra. El primer ministro lanzó una campaña para recoger por todo el país metal para la estatua. «Queremos hierro de vuestros pueblos, pero no cualquiera. Queremos piezas de herramientas que los agricultores hayan usado», declaró.

Hubo quien respondió al llamamiento y también quien recordó que el presupuesto de la estatua duplica al asignado a la seguridad de las mujeres en India y que, para hacer frente al gasto, se han recortado los fondos destinados a salud y educación. Hubo protestas, pero no sirvieron para nada. Muy pronto, el rostro broncilíneo de Sardar Patel mirará a sus hijos de la patria desde la más elevada de las posiciones. Hasta que a alguien se le ocurra levantar una estatua más alta.