PABLO M. DÍEZ
TOKIO
Domingo, 31 de octubre 2021, 16:27
Elegido hace un mes por votación interna del Partido Liberal Democrático (PLD) para relevar al primer ministro Yoshihide Suga, quien dimitió desgastado por el coronavirus, Fumio Kishida asume las riendas del Gobierno nipón tras ganar los comicios de este domingo. Su objetivo es recuperar la economía tras el impacto de la pandemia y hacer frente al auge internacional de China, que le reclama las islas Senkaku (Diaoyu, en mandarín). Para ello, cuenta con su amplia experiencia desde que, en 2007, entró en el primer Ejecutivo de Shinzo Abe y luego durante su segundo mandato, cuando fue ministro de Exteriores entre 2012 y 2017.
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Ya entonces dio buena cuenta de sus habilidades diplomáticas no solo con los aliados tradicionales de Japón, sino también con sus rivales. Por una parte, consiguió en 2016 que Obama fuera el primer presidente en ejercicio de Estados Unidos en visitar Hiroshima para rendir tributo a las víctimas de la primera bomba atómica. Por la otra, mejoró las relaciones con Rusia y Corea del Sur, país con el que firmó un acuerdo en 2015 para poner fin a las reclamaciones de las «mujeres del consuelo», las esclavas sexuales explotadas por el Ejército imperial nipón durante la II Guerra Mundial.
En el plano económico, ha prometido una inyección de 30 billones de yenes (230.000 millones de euros) para revitalizar el país tras los duros meses del coronavirus. Una vez acabado el estado de emergencia vigente desde abril, el archipiélago nipón empieza su reapertura con el 71 por ciento de la población vacunada y los contagios de Covid-19 marcando mínimos. Junto a la vuelta a la normalidad en la vida social y los negocios, la siguiente asignatura será la reapertura de las fronteras, que llevan cerradas desde principios de este año.
Alejándose de los «Abenomics» de estímulo económico, Kishida ha modulado su discurso neoliberal con propuestas socialdemócratas para reducir las diferencias entre ricos y pobres, potenciar la clase media y ayudar a los más desfavorecidos, como los trabajadores que no tengan empleos fijos y las familias humildes con niños pequeños.
Casado y con dos hijos, encarna a sus 64 años la tercera generación de una familia de políticos, ya que su abuelo y su padre fueron diputados y está emparentado también con Kiichi Miyazawa, quien fue primer ministro. Educado en Nueva York, donde su padre estuvo destinado, estudió Derecho en la Universidad Waseda de Tokio y se licenció en 1982. Tras trabajar primero en un banco y luego como asistente de un diputado, fue elegido para el Parlamento en 1993 por la circunscripción de Hirohisma. Como ministro durante el primer Gobierno de Shinzo Abe entre 2007 y 2008, fue ascendiendo hasta convertirse en una de las figuras más respetadas del PLD. Mucho más joven que su antecesor, Kishida aspira a revitalizar la política nipona tras su victoria electoral, pero con continuidad.
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