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El artesano Miguel Ángel Fernández, en el taller de Pedro de Miguel con un instrumento gemelo al que han hecho para Kerry.

La guitarra de Kerry

España regala al secretario de Estado de EE.UU. una pieza de palisandro y ébano hecha a mano por un lutier del Barrio de las Letras de Madrid

Francisco Apaolaza

Domingo, 25 de octubre 2015, 18:59

Se puede ser secretario de Estado de los Estados Unidos e ir por el mundo tocando música. John Kerry, aficionado a aporrear las cuerdas, es el bardo del gobierno de Obama y dicen que tiene alma de soul, pero también de flamenco. El titular de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha seguido sus gustos y ha dado en el clavo con el regalo: una guitarra clásica. La foto del ministro con Kerry blandiendo la guitarra ha dado la vuelta al mundo. Así de sonrientes parecían la portada de un disco de Los Chunguitos. Cuando le entregaron el estuche, Kerry, de 71 años, dijo: "Dios mío, es un regalo precioso". Él correspondió con un reloj "que ha tenido muy poca gente en el mundo, entre ellos John F. Kennedy". Kerry y García-Margallo firmaron la limpieza del suelo contaminado de Palomares, en Almería, el de las bombas atómicas y el baño de Fraga, pero la imagen fue la de la guitarra. La pieza está fabricada en madera de palisandro de la india, tapa de abeto y diapasón de ébano. No es que sea un Stradivarius, pero sí una joyita artesanal salida del taller de Pedro de Miguel, un lutier fallecido hace unos años cuyo trabajo siguen su hijo Rubén de Miguel y Miguel Ángel Fernández. Regentan desde 1991 el viejo estudio de la calle Amor de Dios, en Madrid, un pequeño espacio con la solera reposada del Barrio de las Letras, que abre bajo el sonoro y austero nombre de Guitarrería. Esta primavera se acercaron allí unas personas del Ministerio de Asuntos Exteriores. "Querían hacer un regalo a un diplomático y no sabían muy bien qué llevarse. Les estuvimos explicando y decidieron que construyéramos esta". Una vez concluido el trabajo, De Miguel se acercó al Ministerio a entregar el encargo y no volvió a ver su creación hasta que la encontró en la portada de los periódicos. "Que sea para alguien tan importante como John Kerry es una buena promoción", se congratula.

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Los De Miguel han fabricado instrumentos para Supertramp, Pepe Habichuela, Gerardo Núñez, Sabicas e incluso para Sergio Ramos. Pese a la calidad y la solvencia de las manos que le han dado forma, ésta de Kerry no es la mejor que ha salido de su taller. No se trata de una guitarra de concierto, aunque está fabricada artesanalmente con maderas nobles y es ideal para un aficionado. Está valorada en mil euros. Las hay mucho más caras. En 2013, durante la visita de Naruhito, Felipe de Borbón le regaló al príncipe heredero japonés un instrumento del guitarrero madrileño Felipe Conde (el lutier de Paco de Lucía) que cuadriplicó el precio de la de Kerry.

No busquen la racanería en el regalo: España no ha quedado mal. La cifra está en la media de lo que se suele llevar en regalos diplomáticos en España y en EE UU. En Washington funciona toda una oficina de obsequios que depende del Departamento de Estado y que se encarga de valorar, catalogar, almacenar y decidir todo lo que se recibe y lo que se da. Técnicamente, la guitarra no es del secretario de Estado (Kerry recibe más de 50 presentes cada año), sino de los Estados Unidos de América.

El 'Air Force One' flamenco

Pero no hay duda de que el agasajo está bien elegido. A John Kerry le chiflan las guitarras españolas, tanto que siempre lleva una encima cuando va de viaje (también lleva su propia bicicleta, otra de sus pasiones). Durante la campaña a las presidenciales de 2004 (que perdió por muy poco contra George W. Bush), tocaba durante los viajes en avión y es conocido que la aporrea por los cielos del mundo entero cuando vuela en el Air Force One del presidente Obama. También se atrevió a dar un concierto con el cantante y compositor Moby en una gala benéfica a bordo del USS Intrepid frente a Nueva York.

En el Ministerio de Asuntos Exteriores se quedaron con las ganas. "Do you wanna sing?", le animó García-Margallo. Quería que cantara Volver, de Gardel, y en esto no estaba bien informado, porque lo de Kerry no es el cante, sino el toque. Si le hubiera pedido una del compositor cubano de origen canario Ernesto Lecuona, habría tenido más suerte. En julio de este año, la viceprimer ministra china Liu Yandong le preguntó a Kerry si quería arrancarse con una canción, y a ella no le dijo que no. "No le podía dar la espalda", se justificó el norteamericano, que tomó el instrumento en pleno Salón del Pueblo de Pekín y acarició los acordes de la Malagueña de Lecuona, una pieza que le venía un tanto grande. Los chinos quedaron encantados, pero en Estados Unidos le hicieron la crítica musical y hubo opiniones para calificar su voluntarioso estilo. El editor jefe de la revista Guitar Player, Michael Molenda, lo calificó como "un aficionado encantador. Las notas suenan llenas, robustas y precisas". Brad Tolinski, de Guitar World fue más duro al escoger una comparación brillante para hacerle la crítica: "Es como si estuviera recordando algo en lo que era bueno hace 20 años".

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