DeSantis dilapida su capital

En apenas siete semanas se ha gastado el 40% de los 20.1 millones de dólares que ha recaudado, por encima de los 17.7 que ha amasado el expresidente en un período más largo, de abril a junio. El renglón del gasto es tan preocupante que ha sacudido la campaña del gobernador. Una decena de los 92 empleados que tenía han sido ya despedidos y aún se esperan algunos más. De por sí el grueso de su nómina era desorbitado, cuatro veces más que la media de otros candidatos, pero DeSantis también juega en desventaja con Trump por la publicidad gratuita que disfruta el expresidente, con todos sus problemas legales y sus declaraciones explosivas.

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No es que DeSantis no practique su fórmula. La batalla contra Disney ha sido mediática, al igual que las guerras culturales en las que ataca a golpe de legislación represiva los derechos de los transexuales, los inmigrantes y las mujeres. Si bien le gana a Trump en recaudar fondos de las corporaciones, nadie le vence en escandalizar a los medios de comunicación. Se estima que el mandatario disfrutó en sus primeras elecciones de casi dos mil millones de dólares en publicidad gratuita. Parecía que los medios habían aprendido la lección, hasta que los problemas legales del expresidente sirvieron de coartada para volver a ponerlo en las portadas y darle seguimiento. Trump intenta convencer a los jueces de que pospongan los juicios hasta después de las elecciones y asegura que si gana puede personarse a sí mismo.

El escrutinio de las finanzas de DeSantis deja más preocupaciones. Más de dos tercios del dinero recaudado en sus primeras siete semanas como candidato presidencial -o casi 14 millones de dólares- proceden de donantes que han entregado la cantidad legal máxima que les permite la ley para toda la campaña electoral de 2024, por lo que la fuente se secará pronto a este paso. Por contra, Trump disfruta de pequeñas donaciones que puede seguir exprimiendo. Además, tres millones de los 12.2 que tiene en el Banco no pueden ser usados hasta las elecciones generales, lo que le deja en un estado de vulnerabilidad para las primarias.

Ningún otro de los doce aspirantes a la candidatura presidencial del Partido Republicano ha conseguido superar la marca de los seis millones. Faltan seis meses para los caucus de Iowa y todo es posible, pero con estos números sobre la mesa cuesta pensar que sean algo más que un duelo entre Trump y DeSantis. El expresidente se siente tan seguro con su ventaja de veinte puntos en las encuestas que no piensa siquiera participar en los debates para no darles la oportunidad de cogerle en un renuncio.