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M. Pérez
Miércoles, 8 de enero 2025
La catástrofe aumenta en Los Ángeles, donde miles de residentes de Hollywood han emprendido la evacuación ante un nuevo incendio que amenaza los lugares más simbólicos de la meca del cine. La situación es crítica en todo el condado. Las autoridades consideran que la gran ... metrópoli de California se enfrenta a una de las peores, sino la más grave, catástrofe de su historia, que ha causado ya cinco muertes, un número indeterminado de heridos y la destrucción de al menos 2.000 edificios, viviendas y negocios. Distritos como el de Pacific Palisades, lugar de residencia de estrellas del cine, presentadores de televisión, deportistas de élite y ejecutivos, han quedado convertidos en escenarios apocalípticos, con barriadas completas de villas y mansiones calcinadas.
Los bomberos luchan este jueves contra cinco frentes activos en Palisades, Eaton, Hurst, Lidia y Sunset. Sólo han tenido éxito con un sexto incendio, Woodley, que han contenido por completo. El resto es un infierno alentado por el viento de Santa Ana. A las 23.45 horas de esta noche pasada (las nueve de la mañana en España), los servicios de extinción han difundido un comunicado en el que advertían que los focos de Lidia y Hurst estaban sofocados en un 40% y un 10%, respectivamente, Los tres restantes siguen fuera de control.
Más de 11.000 hectáreas han ardido hasta el momento en este desastre «sin precedentes» en el condado, según ha señalado el gobernador, Gavin Newson, que ha decretado el estado de emergencia. El presidente, Joe Biden, que estos días se encontraba en Los Ángeles visitando a su bisnieto, ha anulado un viaje oficial a Italia para seguir la evolución del siniestro. El Gobierno ha movilizado nuevas ayudas al condado y la alcaldesa, Karen Bass, ha asegurado que la ciudad será capaz de «afrontar la reconstrucción con rapidez», aunque de momento todo es dolor e incertidumbre porque nadie sabe hasta dónde llegará el fuego.
La propia Bass figura en el centro de una tormenta política ya que el sábado pasado viajó a Ghana para asistir a la investidura del nuevo presidente del país africano mientras el Servicio Meteorológico Nacional alertaba ya del desarrollo de «condiciones de fuego extremo» en Los Ángeles a causa del Santa Ana. El presidente electo, Donald Trump, y su mano derecha, el magnate Elon Musk, han aprovechado para encender los ánimos con acusaciones de «incompetencia» a la alcaldesa y al gobernador del Estado, ambos demócratas. Newson ha replicado a Trump exigiéndole que «no juegue a la política» en unos «preciosos momentos» necesarios para luchar contra el fuego y «evacuar» a los ciudadanos.
El número de ciudadanos desalojados supera ya los 150.000 y se espera que aumente a lo largo de este jueves en algunas comunidades donde la Policía ha advertido ya a sus residentes que se mantengan alerta y preparados para el éxodo. En Santa Mónica se ha instaurado además el toque de queda desde el atardecer hasta el amanecer. Las autoridades pretenden así evitar las acciones de saqueo (hay dos detenidos por asaltar comercios vacíos) e impedir que cualquier curioso penetre en las áreas afectadas por el fuego.
La última orden de evacuación se ha producido entre Hollywood Boulevard, Mulholland Drive, la autopista 101 y Laurel Canyon. Como parece evidente, todo rastro de turistas ha desaparecido en estos cuatro puntos cardinales de la industria del cine, de la misma manera que las fuerzas de seguridad han desalojado los parques naturales angelinos y mantienen sus accesos bajo vigilancia.
El sector del entretenimiento observa con angustia su capital histórica. En incendio de Sunset es el menor de los tres que permanecen fuera de control, pero avanza con rapidez y se cierne sobre los símbolos sagrados de Hollywood. Las llamas empezaron a brotar este miércoles en las colinas que coronan su famoso boulevard y el Paseo de la Fama.
En la misma zona amenazada se encuentra el Dolby Theater. Aquí deberían anunciarse la próxima semana las nominaciones a los Oscar, pero sus organizadores han aplazado los actos. Por ahora, la autopista 101 ejerce de barrera y separa el fuego del histórico letrero con el nombre de Hollywood y del Observatorio Griffith, en la ladera sur del monte, lugar obligado de visita para los turistas que estos días mantiene sus puertas cerradas. Sin embargo, el miedo está en el viento y las brasas que transporta, jaleando el desarrollo de los frentes de llamas como si fueras pasos de gigante.
Studio City, el pintoresco barrio de alto nivel que toma su nombre de los antiguos estudios de la CBS y hoy es un polo de atracción para los enamorados de la gastronomía de élite, ha sufrido esta madrugada el mordisco del fuego. Por fortuna, los bomberos han conseguido extinguirlo antes de que se propagara por sus avenidas. En esta zona viven celebrities como Demi Lovato, Selena Gómez o Miley Cyrus. Peor, mucha peor suerte, está teniendo la otra gran área residencial de las estrellas del cine y el deporte. Una enorme extensión de Pacific Palisades ha desaparecido bajo el voraz incendio. Cientos de casas alineadas unas con otras han quedado destruidas a lo largo de 6.406 hectáreas reducidas a cenizas.
Entre Santa Mónica y Malibú la destrucción es inmensa. Según las autoridades, las ráfagas de viento huracanado han inflamado desde el martes un incendio que se ha aprovechado de las colinas y los cañones para cobrar potencia hasta llegar a orillas del Océano Pacífico convertido en una «enorme pared de fuego». 'Gran parte de Pacific Palisades ha desaparecido', titula este jueves 'The Washington Post' una crónica donde describe la situación allí de forma similar a la «explosión de varias bombas de gran tamaño».
Apartamentos, mansiones, casonas históricas, comercios, supermercados y una gasolinera se han transformado en un montón de ruinas humeantes. Las televisiones ofrecen imágenes de decenas de coches abandonados por sus dueños durante la evacuación convertidos en chasis ennegrecidos. De la emblemática Iglesia Presbiteriana de Palisades, solo queda su torre de hormigón. Otro edificio simbólico, el Bank of América, también ha sufrido grandes daños. Cientos de vecinos recurrieron incluso al agua de sus piscinas para tratar de refrescar sus casas. Al final, muchos tuvieron que huir. Los residentes que comparten chats en las redes sociales cuentan hoy cuántos de ellos lo han perdido todo. La catástrofe también afecta a la élite de Hollywood, con decenas de actores, actrices y directores que han perdido o desconocen cómo se encuentran sus propiedades después de haber sido evacuados.
La oleada de incendios comenzó el martes. Todos los vecinos de la periferia de Los Ángeles saben cuán temible es el viento de Santa Ana. Pero este año ha sacudido con una fuerza inusitada. Las rachas han llegado a 160 kilómetros por hora y también son desproporcionadamente largas. En esta semana el viento no ha dado tregua, salvo en la noche de este miércoles en que amainó ligeramente. Pero este jueves se esperan nuevas ráfagas violentas y posiblemente continúen así hasta mañana, viernes. Así, las llamas se han desplazado, crecido y multiplicado a velocidad vertiginosa hasta el escenario actual, donde cinco incendios cercan la metrópoli.
Pese al despliegue de 1.400 bomberos, las autoridades reconocen que la magnitud de los siniestros es imparable a corto plazo. Anthony Marrone, jefe del departamento de extinción de Los Ángeles, informó este miércoles de que dispone de efectivos suficientes para responder a dos incendios forestales importantes al mismo tiempo, pero no para un «desastre generalizado» como el actual, con cinco «incendios separados de una enorme magnitud».
Por si fuera poco, la alarma cundió también este miércoles nada más detectarse los primeros incendios en el dispositivo de seguridad, cuando los bomberos se tuvieron que enfrentar a la falta de agua. Las dimensiones del desastre son de tal magnitud que muchos de los hidrantes estaban secos esta noche pasada porque los equipos de extinción bombeaban más líquido del que el sistema podía reponer. Ya han arrojado más de doce millones de litros de agua. Un hombre llegó a rogar de rodillas a un bombero que abriera el suministro para regar su casa en Sunset Boulevard y refrescarla. «Imposible. Estamos a menos del 25%», le respondió. El jueves, las calles que rodean Sunset han amanecido con inmuebles y jardines carbonizados. Las hileras de árboles que adornan las aceras son madera quemada.
«No ha quedado nada», lamentaba también una mujer sobre los chalés de un suburbio de Pasadena mientras en Pacific Palisades calles enteras ardieron en cuestión de horas. De momento ya se han descubierto cinco cadáveres. Las autoridades no tenían cuantificado el número de heridos, aunque confirmaron que una bombera de 25 años había sufrido un fuerte golpe en la cabeza. También hay afectados por quemaduras. Varios de ellos se dirigieron a un restaurante de Malibú que los servicios de emergencia convirtieron en un hospital de campaña.
El infierno se desató el martes sobre las once de la mañana (las 22.00 horas en España) en las áreas boscosas al este y el oeste de Los Ángeles. Los conocidos y temidos vientos de Santa Ana agitaron el avispero conformado por las altas temperaturas, una vegetación extremadamente seca y el infortunio de una chispa, aunque se investiga si alguno de los foco fuera intencionado. Los incendios progresaron durante la tarde y esta pasada madrugada sin control. Avivados por brasas que volaban a gran velocidad, su avance fue comparado con el de cinco campos de fútbol por minuto.
Las ráfagas huracanadas de entre 80 y 160 kilómetros por hora, nunca vistas en la última década, se rieron descaradamente de los 1.400 bomberos y especialistas desplegados, de sus camiones-cisterna y de los helicópteros de extinción. Los Ángeles amaneció así este miércoles bajo la ceniza de tres grandes incendios. El principal, el de Pacific Palisades, el barrio de las 'celebrities'. Actores, cantantes, deportistas de élite, presentadores de televisión, ejecutivos acaudalados y también gente corriente, todos unidos por la amenaza de perder sus hogares o el dolor de verlos reducidas a cenizas.
El 'Daily Mail' señalaba que Ben Affleck se quedó atónito al regresar a su casa y percatarse de la proximidad del fuego. Su ya exmujer, Jennifer López, tuvo que cancelar la premiere por el estreno de su última película que debía celebrarse el martes en Palisades. El actor Steve Guttenberg colaboró en la retirada de coches abandonados en plena calle para facilitar el paso de los bomberos, en un acto reflejo con un vecindario «que necesita ayuda», según sus declaraciones recogidas en 'USA Today'. «No puedes pasar de largo. Hay mucha gente que necesita ayuda. Algunas personas están muy asustadas, enfermas, en sillas de rueda o son mayores», dijo.
El segundo peor siniestro, el de Eaton, se transformó en tal vorágine que duplicó su volumen durante la noche. Los policías hablaban de un «tornado de fuego». Ahí aparecieron los dos cadáveres y no se descarta que haya nuevas víctimas mortales. El tercero afectó al Valle de San Fernando, con tres millones de habitantes, cuna de estudios cinematográficos y empresas tecnológicas. Las llamas se propagaron por comunidades como Altadena, Flintridge, Calabasas y Glendale, entre otras. Las casas ajardinadas de Pasadena ardieron como teas dejando un escenario de «total destrucción».
La alcaldesa de Los Ángeles, la demócrata Karen Bass, también ha puesto la ciudad en estado de emergencia y decretado el cierre de decenas de centros escolares. Unas 200.000 personas carecían de electricidad. A los tendidos derribados por el semihuracán se sumó el corte de suministro realizado por la principal compañía de la región para facilitar el trabajo de los bomberos y evitar que cortocircuitos accidentales produjeran nuevos fuegos.
El viento de Santa Ana es una amenaza que pone todos los años en alerta máxima al sur de California y la parte norte de Baja California, en México. En esta ocasión se ha revelado más violento y «potencialmente mortal», según el Servicio Meteorológico Nacional. Infla el desastre, hace volar chispas, ramas y hojas arrancadas de las palmeras y estrella contenedores de basura contra los edificios. La previsión es que hoy todavía no dé tregua y las ráfagas aumenten tras generar en las últimas veinticuatro horas calles en combustión. Nubes de humo que llegaron al oceáno Pacífico. Viviendas con las luces encendidas que sus dueños dejaron así en medio de un acelerado desalojo. Hogares convertidos en rescoldos y árboles de Navidad que ardían en los jardines. Pero quizás una de la imágenes del caos más severa estuvo en Sunset Boulevard.
En la célebre avenida quedaron las huellas de una huida desesperada, con vehículos taponando el asfalto después de colisionar unos contra otros o de que sus ocupantes los abandonaran ante la proximidad de las llamas. «El fuego estaba literalmente encima de ellos», comentó un policía.
Con la autopista del Pacífico y las calles estrechas y sinuosas bloqueadas, los agentes ordenaron a los automovilistas que se apearan y corrieran como nunca lo habían hecho para escapar del calor y el humo. Hubo escenas impensables, como la de familias de angelinos cargadas con maletas de Gucci y Dior en plena evacuación o la de una quitanieves apartando a empujones los coches para dejar paso a los bomberos.
Pacific Palisades es un distrito situado a unos treinta kilómetros del centro de Los Ángeles dominado por calles amables e impresionantes vistas que en apenas dos días se han transformado en un lugar «pavoroso». El actor Eugene Levy, alcalde honorario de esta comunidad, narró este miércoles cómo se vio atrapado en el colapso protagonizado por los vehículos que pretendían evacuar mientras a su alrededor «el humo se veía bastante negro e intenso. No pude ver ninguna llama, pero el humo era muy oscuro», contó a 'Los Angeles Times'. Otro intérprete, el veterano James Woods, agradeció en las redes sociales el apoyo de «la gente que se está preocupando por nosotros». El actor admitía desconocer si su hogar había sido devorado por las llamas. «Hemos podido evacuar con éxito. No sé si nuestra casa todavía está en pie, pero lamentablemente las de nuestra pequeña calle no lo están».
Spencer Pratt y su mujer, Heidi Montag, conocidos por el 'reality' de MTV 'The Hills', anunciaron que perdieron su villa y todas sus pertenencias. Pratt grabó y publicó un vídeo mientras el inmueble ardía. En otra grabación previa había dicho: «Esto no pinta bien».
En Pacific Palisades tienen su residencia Tom Hanks, Michael Keaton, Jennifer Aniston, Reese Witherspoon o Adam Sandler. También es conocido por alojar a múltiples deportistas. La familia del entrenador de Los Angeles Lakers, JJ Redick, figuraba entre los 30.000 desalojados del distrito. «Sé que mucha gente está asustada,incluida mi familia», aseguró Redick.
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