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M. Pérez
Miércoles, 5 de marzo 2025, 09:07
La ropa importa en la política estadounidense. Lo dejó claro el presidente y sus medios afines cuando hace unos días afearon al líder del Estado ucraniano, Volodímir Zelenski, que no vistiera traje en su visita al Despacho Oval. En el discurso de Donald Trump ante el Congreso esta noche pasada, ha quedado claro también que la vestimenta envía mensajes.
Entre las legisladoras demócratas ha predominado el rosa, el color elegido por un amplio movimiento social desde el primer mandato del líder republicano para protestar contra las políticas de desprotección de las mujeres y los recortes como el del derecho al aborto. Las participantes en el Caucus de Mujeres Demócratas, una plataforma que agrupa a numerosas políticas de la Cámara de Representantes con el fin de promover estrategias de igualdad sociales y económica o luchar contra las leyes discriminatorias, se presentaron con atuendos de este color. La representante de Hawái, Jill Tokuda, incluso imprimió en su chaqueta varias frases sacadas de la Constitución. «La prensa suele prestar atención a lo que visten las mujeres, para bien o para mal», ha argumentado la presidenta del grupo y representante por Nueva York, Teresa Leger Fernández.
La congresista ha explicado que la iniciativa trata de hacer ver la «traición de Trump a las mujeres» tras el recorte de la Administración a programas de asistencia médica y social o la disminución de los planes contra la violencia doméstica. La plataforma ha denunciado además los aranceles impuestos por el mandatario, que «elevarán los precios de los alimentos» y repercutirá en las economías domésticas, muchas de ellas planificadas por amas de casa, que «ahora tendrán muchos más problemas para sacar a sus familias adelante».
«Compartimos el rosa porque es el color de la persistencia», ilustraron las congresistas, que mostraron carteles contra la agenda de reformas de Donald Trump y Elon Musk con mensajes como 'Traicionadas por milmillonarios'. La ropa que han usado contrasta vivamente con la que las congresistas suelen llevar en los eventos demócratas, habitualmente trajes blancos como los mostrados en el último discurso sobre el Estado de la Unión de Joe Biden o la Convención Nacional Demócrata. El blanco simboliza en el imaginario político del partido la unidad y el derecho al voto de las mujeres.
Pero, además del rosa, entre los escaños abundaron las combinaciones de azul y amarillo en apoyo a Ucrania. Las corbatas a rayas con ambos colores predominaron entrelos representantes masculinos demócratas, algunos de los cuales portaban insignias con banderas de EE UU y Ucrania, como el californiano Jim Costa.
Más combativos, otro congresistas apostaron directamente por las camisetas negras, símbolo de los tiempos oscuros que a su entender vive el Gobierno y como protesta por la ampliación de los poderes ejecutivos de Trump, que han llegado al Departamento de Justicia, el FBI o el Pentágono. Algunos de los presentes llevaban en las camisetas frases como 'Aquí no viven reyes' para exigir silenciosamente a Trump que abandonara el Congreso. Un grupo dio la espalda al estrado para que el presidente pudiera ver su reivindicación. Rápidamente, el vicepresidente Vance amenazó con llamar a los agentes de seguridad de la Cámara y sacarlos de sus escaños. Se sentaron de nuevo. No sucedió lo mismo con el demócrata Al Greene: su enfrentamiento dialéctico con Trump le costó la expulsión, escoltado, del hemiciclo. Como Zelenski hace unos días de la Casa Blanca.
En el lado republicano, Marjorie Taylor Greene apareció vestida con una gorra roja, aunque sin el lema MAGA impreso en ella. Trump felicitó a una de sus principales adalides en la Cámara por el gesto de la visera. Él mismo prescindió de su corbata roja para ponerse otra de tonos granates y azules discretos. Esta mezcla de colores la utilizan habitualmente los congresistas como símbolo de unión republicana y demócrata en sesiones y votaciones especiales. Pero el presidente ha explicado a los periodistas que su intención era meramente estética; nada de símbolica, En culquier caso, la mayor sopresa la ha deparado Elon Musk al entrar en la Cámara vestido con un sobrio traje azul. Por no disntiguirse, ni siquiera se puso las gafas de sol.
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