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Arnold Schwarzenegger. AFP
'Terminator' apoya a Harris para acabar con la «ira» en Estados Unidos

'Terminator' apoya a Harris para acabar con la «ira» en Estados Unidos

El veterano actor Arnold Schwarzenegger, exgobernador republicano, anima a votar a la candidata demócrata porque si Trump gana supondrán «cuatro años más de basura»

Miguel Pérez

Jueves, 31 de octubre 2024, 09:29

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El actor Arnold Schwarzenegger ha anunciado su apoyo a la candidata demócrata Kamala Harris en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. El protagonista de la saga 'Terminator' fue gobernador de California entre 2003 y 2011 por el Partido Republicano. Sin embargo, ha explicado que no votará a Donald Trump debido a su talante y los intentos de revertir los comicios de 2020 en los que resultó derrotado frente a Joe Biden. En uno de los alegatos más honestos surgidos del entorno de Hollywood, el intérprete austriaco afirma que no le gusta ninguno de los dos partidos, pero cree que en estos años la sociedad estadounidense se ha dividido y polarizado, y opina que respaldar a Harris es la única manera de reducir la «ira» entre los ciudadanos.

Después de su travesía en California, el actor regresó de inmediato a Hollywood con 'Los mercenarios II', toda una reentré en honor al veterano cine de acción con Sylvester Stallone, Jason Staham, Jean Claude Van Damme y Bruce Willis. En todos estos años ha seguido protagonizando películas y mostrado una relación de amor y odio con la política, En 2015, de hecho, aseguró que le hubiera gustado competir por la presidencia de EE UU, pero el hecho de haber nacido fuera del país se lo impedía. Luego ha ido alejándose paulatinamente de los pasillos del poder. Aunque no olvida su anterior «empleo», como suele decir: recibe con frecuencia en su casa a consultores, aspirantes a convertirse en senadores o gobernadores, periodistas o investigadores políticos.

Uno de sus intereses capitales en estos momentos tiene nombre: el Instituto Schwarzenegger (USC), que fundó al año siguiente de dejar el cargo de gobernador y que se enfoca en fomentar la discursión pública y el desarrollo de planes de interés general, sobre todo los relacionados con la energía y el cambio climático, una de las grandes obsesiones del cyborg más famoso del planeta. Por su centro han pasado destacados líderes políticos y académicos con los que trata de ponerse de acuerdo sobre el pospartidismo, una corriente que pone al ciudadano por delante de las políticas.

Esa perspectiva es probablemente la que le ha motivado para difundir una carta pública que, sorprendentemente en estos tiempos de cancelaciones, encabeza de la siguiente manera: «No suelo hacer respaldos. No me da miedo compartir mis opiniones, pero odio la política y no confío en la mayoría de los políticos». Y añade que el hecho de «odiar la política más que nunca» no debe resultar «una sorpresa». «Si eres una persona normal que no está adicta a este desastre, probablemente lo entiendas», asevera.

Una cuestión de empatía

El intérprete muestra un profundo malestar con la manera en la que funcionan los partidos y con unos dirigentes que «manipulan el sistema en contra de la gente». A su juicio, «política pública» requiere «trabajar con el otro lado, no insultarlo para ganar la próxima elección», y denuncia que «no me gusta ninguno de los partidos en este momento. Mis republicanos han olvidado la belleza del libre mercado, han aumentado el déficit y han rechazado los resultados de las elecciones. Los demócratas tampoco son mejores en cuanto a lidiar con los déficits, y me preocupa que sus políticas locales dañen nuestras ciudades al aumentar la delincuencia».

Sin embargo, en su carta afirma que votará por Kamala Harris y su candidato a vicepresidente, Tim Walz, porque es la manera «de avanzar como país» y sofocar la «ira» causada por la polarización. Esta es la primera vez que Schwarzenegger se pronuncia a favor de los demócratas en una contienda electoral, en la cual, además, hay altas probabilidades de que las gane el candidato de su partido. No obstante, no es la única ocasión en la que muestra su independencia respecto a la acción de la cúpula republicana.

Mientras en 2009 sus representantes vetaban en el Congreso el plan de estímulo económico de Barack Obama, Schwarzenegger le mostró su apoyo incondicional e incluso apareció públicamente con el expresidente para escenificar este respaldo siendo entonces gobernador de California. En 2020 rompió también con la línea del partido y se presentó en el estadio de los Dodgers para vacunarse contra el coronavirus y animar al uso de la mascarilla. En su casa tiene una réplica de la Estatua de la Libertad de casi tress metros de altura y conduce un Hummer con motor biodiésel.

'Arnie', como le conocen muchos de sus fans, anima a los electores a «pasar página» y olvidarse de Trump, porque su llegada a la Casa Blanca supondrían «cuatro años más de basura sin resultados» que dejarían al país «más dividido y lleno de odio». En 2016 justificó que el magnate se convirtiera en el inquilino del Despacho Oval por el «cansancio» de los electores respecto a los políticos tradicionales. Más tarde se confesó un descreído. Ahora no perdona a Trump que en 2020 se negara a acatar y respetar el veredicto de las urnas porque es «lo menos americano que se puede hacer», ni tampoco olvida que «incitase a sus seguidores» en los días posteriores. De hecho, advierte que, si pierde estos comicios, «enviará a sus seguidores a asaltar el Capitolio». «Tenemos que cerrar la puerta de este capítulo de la historia estadounidense», concluye.

El despiste de Biden

El respaldo de Schwarzenegger es importante para Kamala Harris. Aparte de tratarse de un actor con un potente ascendiente popular, representa el ejemplo perfecto de metamorfosis política. Dejó el cargo de gobernador en horas bajas. Después de dos mandatos consecutivos, se marchó con únicamente el 27% de aceptación de los californianos. Sin embargo, con el paso de los años su imagen y su trabajo de aquella etapa han sido realzados a nivel popular. Harris cuenta con el apoyo de Liz Channey, otra republicana desafecta con Trump, y el nuevo aval de 'Terminator' en vísperas de los comicios colma sus aspiraciones. Una solución perfecta a los quebraderos de cabeza que sufre, perseguida por el último error de Biden.

El presidente tuvo el martes un nuevo despiste al realizar unas declaraciones en las que pareció calificar de «basura» a los seguidores de Trump, una circunstancia que han aprovechado los republicanos para enardecer a sus bases y lanzarse en tromba contra Harris a pocos días de los comicios. Este miércoles, la vicepresidente se vio forzada a distanciarse de quien todavía es su jefe en un intento de sofocar el incendio. «Permítanme ser clara: estoy totalmente en desacuerdo con cualquier crítica a las personas en función de por quién votan», declaró.

Sin embargo, el mal ya está hecho. Varios medios recuerdan este jueves que, por algo, Biden ha sido apartado de la campaña. Y también centran el foco en una circunstancia que el Partido Demócrata había querido obviar en relación al mitin más emblemático de su aspirante. Harris celebró su acto de cierre electoral en la Elipse de Washington con todos los honores y la épica ante 20.000 simpatizantes, mientras a un puñado de metros Biden permanecía encerrado en la Casa Blanca, solo, escuchando posiblemente los vítores y aplausos, sin que nadie le hubiera invitado a participar en el acto.

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