Trump logra de Putin un alto el fuego de 30 días, pero solo para las infraestructuras energéticas ucranianas

Moscú aceptó, como gesto de buena voluntad, intercambiar con Ucrania 175 prisioneros cada uno, además de entregar a 23 soldados ucranianos gravemente heridos que están siendo tratados en Rusia. El logro más significativo vino a raíz de una propuesta de Trump para cesar los ataques a infraestructuras y centrales energéticas durante 30 días. «Putin respondió positivamente a esta iniciativa y dio de inmediato la correspondiente orden a las fuerzas armadas rusas», dijo el Kremlin en su comunicado.

La central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, se encuentra cerca del frente y es víctima de fuego cruzado. Eso ha provocado repetidas veces la alarma de la Agencia de Energía Atómica de la ONU, que teme una catástrofe nuclear. Desde que Rusia tomó el control en 2022 no ha suministrado energía a Ucrania, a la que aportaba antes de la guerra casi un cuarto de su electricidad.

El mandatario ruso también habría respondido «constructivamente» a la sugerencia de Trump de iniciar las negociaciones «técnicas» para alcanzar un alto el fuego naval en el mar Negro, que confronte las preocupaciones sobre la seguridad en la zona. Putin no se negó a la tregua permanente durante 30 días que persigue el magnate, pero esbozó «una serie de puntos importantes» para garantizar un control efectivo sobre ese posible cese de los ataques a lo largo de toda la línea de contacto de combate, incluyendo «la necesidad de detener la movilización forzada en Ucrania», expuso el Kremlin.

Cese de la ayuda extranjera

El mandatario ruso demandó como condición clave el cese total de la asistencia militar extranjera y el suministro de información de Inteligencia a Ucrania durante ese tiempo para evitar que la pausa le sirva para rearmarse, pero los diplomáticos europeos temen que Kiev emerja de ella más débil de lo que empezó. Parte del entendimiento común a nivel global es «detener la proliferación de armas estratégicas», dijo el Kremlin.

Además, Putin habría reafirmado su compromiso de llegar a un acuerdo permanente para «una paz duradera» en la que se aborden «las causas profundas» del conflicto, recogió el comunicado de la Casa Blanca. «La sangre y el tesoro que ambos, Ucrania y Rusia, han estado gastando en esta guerra, estarían mejor empleados en las necesidades de sus pueblos», afirmó.

Putin parece haber entendido bien el mundo transaccional de Trump, y, aunque ni el Kremlin ni la Casa Blanca hablaron de acuerdos económicos futuros, el enigmático resumen de Washington ofrecía pistas de que han dejado en el aire promesas de «importantes acuerdos económicos y estabilidad geopolítica una vez alcanzada la paz». Trabajar con la superpotencia americana sería un gran incentivo para que Rusia haga concesiones satisfactorias de cara a un pacto duradero, en lugar de ver a los norteamericanos como una amenaza. «Una relación bilateral mejorada entre Estados Unidos y Rusia ofrece grandes ventajas», observó.

Los dos mandatarios rompieron el hielo a mitad de febrero pasado. En la primera llamada telefónica entre Washington y Moscú en casi tres años, reflexionaron sobre «la gran historia» de sus naciones y su lucha en común durante la Segunda Guerra Mundial, en la que Rusia perdió «decenas de millones de soldados», contó Trump entonces.

Desde entonces el líder norteamericano ha concentrado sus esfuerzos en hacer realidad la visión de esa paz, forzando la voluntad de Volodímir Zelenski, quien desconfía de Putin y a quien este quiere ver reemplazado al frente del Gobierno ucraniano. En una publicación de Truth Social, el presidente estadounidense reconoció la víspera que, a pesar de haberse alcanzado un acuerdo sobre «muchos elementos del trato final», también «quedan muchos» pendientes.

En relación con el llamamiento de Trump para preservar la vida de los militares ucranianos rodeados en la región de Kursk, Putin aseguró que la parte rusa está dispuesta a guiarse por consideraciones humanitarias y, «en caso de rendición», garantizar la vida y el trato digno de los soldados ucranianos, de conformidad con las leyes rusas y el Derecho Internacional.

Pese a todos los logros alcanzados, según Moscú, los avances se quedan cortos respecto a los objetivos perseguidos por Trump y de los 30 días de alto al fuego incondicional firmados por Ucrania en Arabia Saudí. Kiev cree que Putin intenta ganar tiempo para seguir bombardeando sus posiciones y mantener una posición de fuerza en las negociaciones. El jefe del Kremlin incluso propuso organizar partidos de hockey entre Estados Unidos y Rusia, mientras su país y Bielorrusia siguen descalificados de la federación Internacional de este deporte. «Por el bien de la humanidad, haremos el trabajo de alcanzar la paz», prometió el magnate en Truth Social.

Zelenski se mostró tras la llamada entre Trump y Putin a favor de cualquier propuesta que conduzca a «una paz estable y justa» y apuntó que el alto el fuego en los ataques contra las instalaciones energéticas «formaba parte de nuestra propuesta para el aire y el mar». «Nuestra parte apoyaría esto», afirmó sobre la propuesta que habría aceptado el jefe del Kremlin. El presidente ucraniano, sin embargo, consideró que Rusia trata de retrasar las negociaciones impulsadas por EE UU mediante nuevas demandas y emplazó al inquilino de la Casa Blanca a que le diera más detalles sobre la conversación del martes. Las negociaciones sobre el alto el fuego continuarán el domingo en Arabia Saudí, según ha anunciado EEUU.

El líder ucraniano también levantó el teléfono tras el último contacto entre Washington y Moscú y lo hizo para hablar con el presidente de Francia. Emmanuel Macron, y el canciller alamín, Olaf Scholz. «Creo que sería apropiado que tuviéramos una conversación con Trump y conociéramos en detalle qué ofrecieron los rusos a los estadounidenses o qué ofrecieron los estadounidenses a los rusos», planteó Zelenski, que espera que no haya una «traición» por parte de sus socios y continúe la ayuda militar a Ucrania.

Scholz y Macron exigieron que Ucrania esté directamente en las negociaciones para un alto el fuego que mantienen los presidentes de Estados Unidos y Rusia. Francia ha defendido «desde el primer día» de la guerra la paz, afirmó el mandatario galo en una rueda de prensa conjunta en la cancillería federal alemana, en la que destacó que sin la participación de Kiev en las conversaciones no se podrá alcanzar esa deseada paz.

Por su parte, Scholz subrayó que no puede haber acuerdos entre Rusia y Estados Unidos sin tener en cuenta a Ucrania, aunque celebró el acuerdo anunciado entre Trump y Putin de un cese de los ataques rusos a las infraestructuras energéticas. «Es un buen comienzo», dijo el jefe de Gobierno germano saliente, quien comentó que «el próximo paso debe ser un alto el fuego completo en toda Ucrania lo más rápido posible». Macron y Scholz se reunieron en Berlín poco antes de que el presidente francés asistiera a una cena de trabajo con el líder conservador, Friedrich Merz.

Merz, presidente de la Unión Cristianodemócrata (CDU), negocia actualmente con los socialdemócratas la formación de un nuevo gobierno de coalición en la que él asumirá la jefatura. El jefe de los conservadores germanos viajó la semana pasada a París para celebrar una primera reunión con el dirigente francés con el fin de consensuar posturas y asumir juntos el liderazgo de Europa en un momento en el que el Viejo Continente debe preocuparse por su propia seguridad ante la decisión de Trump de reducir apreciablemente los compromisos militares de su país.