La marea morada del 8-M francés se une a la lucha contra la reforma de las pensiones

Un día después de las concentraciones masivas de los sindicatos, las francesas exigieron en las calles que el Gobierno retire una reforma que consideran penaliza doblemente a las ciudadanas. A las consignas habituales del 8-M a favor de la igualdad salarial y el derecho al aborto, y en contra del patriarcado, los feminicidios y la violencia de género, las feministas galas también se solidarizaron este año con la lucha por la libertad de las iraníes y las ucranianas confrontadas a la represión y a la guerra.

«Harta de fingir, mi jubilación la quiero disfrutar», «Igualdad salarial ahora», «Constitucionalización del derecho al aborto», «No (a la jubilación) a los 64 años», «Mujer, vida, libertad», «Liberen a las mujeres iraníes» o «Patriarcado, caca» rezaban algunas de las pancartas de la manifestación en París.

Lucie, programadora cultural de un teatro de la capital, consideró que era importante manifestarse este año por la lucha de los derechos de las mujeres y en contra de la reforma de Macron. Esta parisina de 46 años denunció que las ciudadanas están «mal pagadas y menospreciadas» y sus pensiones «amputadas». «Triple pena, basta», decía la pancarta que llevaba en la protesta.

La Mona Lisa también se unió a las protestas del 8 de marzo. «Macron, tu reforma perjudica gravemente a las mujeres», decía la pancarta que desplegaron un centenar de manifestantes en la sala del Louvre que alberga el famoso cuadro de 'La Gioconda' de Leonardo da Vinci. Con esta ocupación simbólica del museo, el sindicato CGT-Culture quiso expresar su «solidaridad con la lucha femenina por sus derechos en todo el mundo y denunciar el impacto en Francia de la reforma de las pensiones sobre la situación de las trabajadoras».

Las organizaciones feministas, los sindicatos y los partidos de izquierdas denuncian que las mujeres serán las grandes perdedoras de la reforma de las pensiones de Macron, pues, según sostienen, va a aumentar aún más las desigualdades con respecto a los hombres. «Es injusta para todas y todos los trabajadores» y «va a empeorar las condiciones de vida las mujeres», se quejó en un comunicado la organización Planning Familial.

Las mujeres suelen tener trabajos más precarios que los hombres, peor pagados y carreras cortadas por la maternidad. Como consecuencia de ello, las francesas cotizan menos, se suelen jubilar siete meses más tarde que los franceses y sus pensiones suelen ser un 40% más bajas que las de sus compañeros.

La primera ministra Élisabeth Borne asegura que con la reforma de las pensiones las mujeres estarán «mejor protegidas» y serán «las primeras beneficiarias de la revalorización de las pensiones mínimas» a 1.200 euros netos. La oposición y los sindicatos, en cambio, denuncian que, si el proyecto de ley es aprobado, las trabajadoras francesas tendrán que jubilarse aún más tarde que los hombres.