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Un día después del anuncio del acuerdo de coalición entre conservadores y socialdemócratas alemanes (SPD) con el cristianodemócrata Friedrich Merz como próximo canciller, llueven las ... críticas a las medidas consensuadas desde la oposición, pero también desde las filas de las formaciones implicadas. Mientras, los partidos de la Unión –cristianodemócratas y socialcristianos de Baviera (CDU/CSU)– han anunciado este jueves que el endurecimiento de la política de asilo y migración será aplicado en cuanto el nuevo Ejecutivo asuma el poder, previsiblemente a primeros de mayo.
Thorsten Frei, cuyo nombre se baraja como nuevo ministro federal de la Cancillería y hombre de confianza de Merz, ha destacado que el futuro Gobierno alemán pondrá en marcha vuelos regulares de deportación de ciudadanos sirios y afganos a sus países de origen lo antes posible. «Los alemanes pueden estar seguros de ello», ha afirmado Frei, quien ha recordado que el primer vuelo de deportación realizado el verano pasado demostró que las expulsiones se pueden llevar a cabo de manera efectiva. «Por eso estamos convencidos de que en el futuro será posible seguir haciéndolo y a gran escala», ha asegurado el político conservador.
En agosto de 2024 fueron deportados por primera vez desde la llegada al poder de los talibanes en Afganistán y con la ayuda de Catar un total de 28 ciudadanos afganos condenados en Alemania por distintos delitos. Repetir la operación no será fácil, ya que exige cooperar con los talibanes directa o indirectamente a través de otros países mediadores. Frei ha puesto sobre la mesa que hay actualmente en Alemania 240.000 personas cuyas peticiones de asilo han sido rechazadas y tienen que salir del país. «Deben en todo caso abandonar Alemania, en realidad de manera voluntaria», ha señalado el político cristianodemócrata, que ha hablado de deportaciones forzosas en caso contrario.
Igualmente ha insistido en la promesa electoral de los conservadores de que habrá rechazos en las fronteras y se crearán centros de deportación. «Además hablaremos de otra manera con los países de origen. Habrá consecuencias si no cumplen con el derecho internacional», ha amenazado Frei. La aplicación de las severas medidas acordadas para detener la migración ilegal y expulsar a los extranjeros sin derecho de permanencia es objetivo prioritario de CDU/CSU, que quieren a toda costa frenar el hasta ahora imparable ascenso de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que en recientes sondeos sobre intención de voto superan a los conservadores y se sitúan ya como primera fuerza política en Alemania.
Entretanto, políticos de la Unión y el SPD han puesto ya en duda varios de los acuerdos sellados en el contrato de coalición presentado este miércoles. El cristianodemócrata Jens Spahn, probable sucesor de Merz como líder parlamentario de los conservadores, ha cuestionado este jueves que la subida del salario mínimo a 15 euros la hora pueda hacerse efectiva en 2026 como figura en el acuerdo por exigencia de los socialdemócratas. «Es sumamente improbable que registremos tanto crecimiento y un desarrollo salarial como para aplicarlo el año que viene», ha afirmado Spahn en declaraciones televisivas, en las que ha comentado que «habrá que dejarse sorprender».
Por su parte, el secretario general del SPD, Matthias Miersch, ha puesto objeciones a la llamada pensión para las madres impuesta en el contrato de coalición por los socialcristianos bávaros. «Depende de que pueda financiarse», dice Miersch, quien ha recordado que el acuerdo de conservadores y socialdemócratas establece que esa pensión, destinada a mejorar los ingresos de las mujeres que por cuidar de sus hijos y renunciar al trabajo cuentan ahora con una jubilación baja, se tendrá que financiar con impuestos y mucho tienen que crecer los ingresos públicos para que el gobierno pueda permitírsela.
Mientras, la oposición parlamentaria no cesa en criticar con suma dureza los acuerdos alcanzados por los partidos que gobernarán Alemania los próximo cuatro años. Para Alice Weidel, líder de la ultraderechista AfD, el contrato de coalición es un «documento de capitulación» que no cumple ni una sola promesa electoral y presenta un programa que no afronta los principales retos del país. El documento «lleva en todo su contenido la firma del SPD, perdedor de las elecciones», ha dicho Weidel, para quien la Unión ha «estafado a los ciudadanos y mentido con falsas promesas electorales».
Los Verdes consideran el acuerdo de coalición una gran decepción. El programa de gobierno es «Valium para Europa, aunque a Europa le vendría bien una inyección de energía», sostiene la copresidenta de los Verdes, Franziska Brantner. Los ecologistas critican que el acuerdo no se incluya nada para los jóvenes en términos de pensiones seguras o sistemas de seguridad social, innovación o educación. Muchas cosas se posponen a las comisiones. Además, el programa de gobierno no se ha calculado financieramente y cada punto está sujeto a financiación. «Esta coalición tiene dinero como el heno, pero ideas como la paja», ha aseverado Brantner.
Asimismo, el Partido de La Izquierda describe el contrato como un «documento ignora a la gente trabajadora y los grandes retos de nuestro tiempo: la cohesión social, la explosión de los alquileres y el aumento constante de los precios, la destrucción del planeta y las crisis internacionales». La líder del partido, Ines Schwerdtner, ha declarado al Rheinische Post que ninguno de estos retos está siquiera cerca de ser «comprendido en su magnitud, y faltan soluciones reales». Por ello, aseguró que su formación se opondrá «resueltamente» a los planes de CDU/CSU y SPD.
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