Rusia intensifica sus bombardeos sobre la región de Járkov

Una primera oleada de bombardeos mató a cinco personas en las afueras de la localidad, la segunda ciudad de Ucrania, indicó el gobernador regional, Oleg Synegubov. Poco después, las autoridades informaron de un nuevo ataque en la región que causó otras cinco víctimas mortales.

La nueva ofensiva rusa lanzada el 10 de mayo sobre esta zona mediante el aumento de los ataques aéreos permitió a Moscú lograr sus mayores avances territoriales en año y medio.

«Cinco personas murieron y 16 resultaron heridas, incluido un niño de ocho años», declaró el ministro ucraniano del Interior, Igor Klimenko. «Entre los heridos figuran un policía y un socorrista que realizaban labores de rescate y fueron alcanzados en un segundo bombardeo», agregó. Otra de las víctimas es una mujer embarazada de siete meses, según la Policía de Járkov. Al parecer, las fuerzas rusas atacaron el mismo lugar 20 minutos después, tras la llegada de los agentes y los rescatistas.

Rusia es acusada regularmente de realizar dobles bombardeos, es decir atacar un lugar una primera vez y después, de nuevo, cuando llegan los servicios de emergencia. «Los rusos han golpeado dos veces. Están utilizando otra vez la táctica del ataque doble, que pretende destruir a civiles, médicos y rescatistas», reprochó Sinegubov.

Por otra parte, el ejército ucraniano aseguró ayer haber hundido un dragaminas ruso en el puerto de Sebastopol, en Crimea, si bien las autoridades rusas de la anexionada península afirmaron que el ataque no había causado daños ni a la infraestructura ni había dejado víctimas.

Ucrania identificó el barco hundido como el 'Kovrovets', integrante de la Flota del Mar Negro, «eliminado gracias a los potentes bombardeos nocturnos que resonaron en la península temporalmente ocupada».

Sin embargo, el gobernador ruso de Sebastopol, Mijail Razvozhaev, informó de un «ataque nocturno» del ejército ucraniano que «no ha dejado víctimas» y fue repelido por los sistemas de defensa propios.

El pasado sábado, la Inteligencia militar británica estimaba que los ataques ucranianos contra posiciones rusas en la península de Crimea acabarán provocando la «dispersión» de los efectivos aéreos de Rusia desplegados allí y que ya se encuentran bastante «degradados».