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La Unión Europea propone activar de inmediato la maquinaria financiera y militar necesaria para multiplicar el envío de armas a Ucrania y someter a Rusia ... a la «máxima presión» ante sus constantes ataques mortales al país vecino. El bloque quiere agilizar de forma urgente el abastecimiento de municiones, blindados y artillería a Kiev. También prepara otro paquete de sanciones a Moscú. Los cadáveres desperdigados de los 34 civiles asesinados por dos misiles Iskander en la ciudad ucraniana de Sumy han adentrado la fase táctica-política de la búsqueda de una tregua en la dimensión del horror más puro.
La invasión se parece hoy más a su brutal comienzo en febrero de 2022 que al futuro de paz y reparto de tierras raras que dibuja Trump. Y esa es la idea que los Veintisiete quieren trasladarle. «Putin no quiere la paz» y bombardeos como el del domingo representan su «respuesta burlona» a los esfuerzos negociadores de la Casa Blanca.
El espeluznante pasaje del terror que reflejan las imágenes del centro de esta ciudad próxima a la frontera rusa, donde las explosiones dejaron además 119 heridos, ha impelido a los ministros de Exteriores de la UE, reunidos este lunes en Luxemburgo, a salir de la línea templada y hacer escuchar a Trump opiniones que seguro no serán de su agrado. Es la primera vez que, mientras reconocen que EE UU «se ha entregado mucho para conseguir un alto el fuego», como reseñó el ministro francés, Jean-Nöel Barrot, los Veintisiete le dicen alto y claro a su presidente que está instalado en una aparente ilusión.
«Espero que Trump y su Administración vean que el líder de Rusia se está burlando de su buena voluntad y espero que se tomen las decisiones correctas», reclamó el jefe de la diplomacia polaca, Radosław Sikorski. Su colega lituano, Kestutis Budrys, destacó que la última masacre en Ucrania «es un crimen de guerra y una humillación a quienes ponen el esfuerzo diplomático para parar este conflicto». El francés Barrot avanzó un paso más y conminó a Washington a actuar con decisión y recurrir ya a las «sanciones que están preparadas» para «obligar a Putin a sentarse en la mesa de negociación».
Kaja Kallas
UE
José Manuel Albares
España
En el ámbito europeo no han sentado bien las medidas reacciones estadounidenses a la matanza del Domingo de Ramos ni a la ocurrida la semana anterior en Krivói Rog, donde otro bombardeo mató a veinte civiles, nueve de ellos niños. De regreso a Washington en el Air Force One, Trump calificó el domingo la «terrible» ofensiva rusa como «una equivocación. Me dijeron que ellos cometieron un error», a lo que este lunes -en el transcurso de una reunión con el salvadoreño Nayib Bukele- añadió que el líder ucraniano Volodímir Zelenski «siempre busca comprar misiles estadounidenses» y que «pronto surgirán buenas propuestas para poner fin a la guerra».
Nada más concretó el presidente. Pero es posible que esa atribución a un «error» ruso pueda relacionarse con la justificación ofrecida este lunes por el Kremlin, cuyos portavoces afirmaron que sus misiles iban dirigidos contra una reunión de altos mandos del ejército y que supuestamente abatieron a sesenta militares. Es cierto que el domingo estaba prevista una entrega de medallas a una brigada en Sumy y que Kiev ha abierto una investigación para determinar por qué se organizó un acto así a solo 29 kilómetros de las baterías rusas. Pero los soldados estaban refugiados. Los Iskander segaron las vidas de civiles que disfrutaban de una fiesta religiosa muy popular en el país.
Alemania ha sido la primera nación en reaccionar ante la llamada de la UE. Su próximo canciller, Friedrich Merz, anunció que, si se coordina con el resto de socios, mandará a Ucrania una partida de misiles de medio alcance 'Taurus', los mismos que su predecesor, Olaf Scholz, no quiso enviar por sus posibles implicaciones para el país. Teóricamente darían a los ucranianos la posibilidad de llegar casi a Moscú y el Kremlin ha replicado que con esa partida solo se producirá una «escalada de la situación». «Cada Estado miembro está dando lo que puede dar, pero creo que el mensaje es muy claro. Tenemos que hacer más para que Ucrania pueda defenderse y los civiles no tengan que morir», zanjó la jefa de Exteriores de la UE, Kaja Kallas.
Los líderes de los Veintisiete han sido invitados a visitar Kiev el próximo 9 de mayo, la fecha en la que Rusia celebra el Día de la Victoria. Zelenski quiere mostrar así la «unidad» aliada mientras en Moscú se celebra la tradicional parada militar a la que han sido convocados los líderes de China, Xi Jinping; Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; Eslovaquia, Robert Fico; Palestina, Mahmud Abbas; Serbia, Aleksandar Vucic, y Venezuela, Nicolás Maduro.
Zelenski intenta comprometer además la hoja de ruta de la Casa Blanca en su negociación con Moscú. En una estrategia arriesgada para el temple de su interlocutor, ha pedido a Trump que realice una visita a su país antes de continuar las conversaciones con Putin para que «entienda qué está pasando aquí». «Respetamos su posición. Pero, por favor, venga a ver a los civiles, a los soldados, a los niños que han sido asesinados» y «entenderá con quién está tratando».
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