El reciente ataque yihadista en Bruselas, perpetrado por un tunecino en situación irregular, ha llevado a la Unión Europea (UE) a replantearse su política migratoria ... y querer reforzar sus fronteras ante los 'lobos solitarios'. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reclamó que los países europeos deben tener la capacidad para «deportar a las personas que se consideren una amenaza para la seguridad nacional», punto que se incluye en el Pacto de Migración y Asilo y que reclaman países como Polonia y Hungría.
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También este miércoles, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, exigió a Israel que se defienda cumpliendo «escrupulosamente» la ley humanitaria internacional. Borrell añadió asimismo que la UE tiene que tener capacidad de denunciar el corte de agua a población civil bajo asedio como una violación del Derecho Internacional «en Ucrania y en Gaza». «Si no somos capaces de decirlo en los dos sitios carecemos de la autoridad moral para que nuestra voz se oiga», aseguró.
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