El mapa de la guerra entre Rusia y Ucrania

La invasión rusa de Ucrania deja ciudades arrasadas y millones de refugiados. También la impresión de que a nivel militar las cosas no eran tan sencillas como esperaba el Kremlin. Los frentes se han estabilizado y los combates se concentran ahora en el Donbás, al sureste del país.

Del 24 de febrero al 12 de abril han pasado 48 días y en ese tiempo han salido de Ucrania 4,6 millones de personas, según los datos del Alto Comisariado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Si bien el número de personas que han huído de la guerra cada día se ha reducido. Además, el repliegue de tropas rusas hacia el Donbás ha animado a algunos ucranianos a regresar.

Imágenes por satélite muestran un largo convoy ruso se dirige hacia el sureste de Ucrania. El ejército invasor ha reorganizado sus fuerzas y avanza hacia la conquista del Donbás.

Las autoridades de Ucrania habían pedido a los ciudadanos de las poblaciones del Donbás que se marchasen ante el previsible recrudecimiento de los ataques rusos. Y no ha tardado en llegar el desastre. Miles de personas se agolpaban este viernes en la estación de tren de Kramatorsk. Querían escapar de las bombas cuando varios misiles han impactado allí. Según el alcalde de la localidad es un ataque ruso, según Moscú, ha sido la propia Ucrania. El balance, aún por cerrar, es de 30 muertos y centenares de heridos. Mientras siguen apareciendo cadáveres en las poblaciones de las que se ha retirado el Ejército invasor, las autoridades de Odesa han denunciado una agresión con misiles desde el mar contra instalaciones de esta ciudad ucraniana, sin que por ahora se conozcan víctimas o detalles.

Según han informado los servicios de inteligencia de EE UU, todas las tropas rusas que quedaban en los alrededores de Kiev y en Chernígov, en el norte de Ucrania, se han retirado. Las fuerzas invasoras, por contra, se concentran en el este y el sur de Ucrania. Así lo ha confirmado la viceprimera ministra de Ucrania, Iryna Vereshchuk, que ha hecho un llamamiento para que los habitantes de  Járkov, Lugansk y Donetsk abandonen la zona del Donbás ante el aumento de la ofensiva rusa. Además, el Kremlin ha anunciado que desarrollará una ofensiva total contra Mariúpol.

Las autoridades de Ucrania han denunciado que las tropas rusas han llevado a cabo un total de 118 ataques aéreos contra Mariúpol, sitiada durante semanas por el Ejército ruso. Desde las cercanías de la ciudad costera, el Comité Internacional de Cruz Roja (CICR) ha trasladado hasta Zaporiyia a medio millar de civiles que habían logrado huir, aunque el organismo aseguró que la falta de garantías de seguridad les había impedido entrar en Mariúpol para evacuar a parte de los ciudadanos que permanecen atrapados por el asedio de la fuerzas rusas.

El Ejército ruso ha bombardeo en las últimas horas las ciudades de Mikolaiv y Kramatorsk. El alcalde de la primera, Alexander Senkevich, ha informado de que al menos diez personas murieron y 46 resultaron heridas por los proyectiles de racimo que cayeron en zonas residenciales, en dos hospitales, un orfanato, un centro de formación profesional, once guarderías y 12 escuela. Además, el Gobierno de Ucrania ha planificado la apertura este martes de siete corredores humanitarios para evacuar ciudadanos de las zonas más castigadas. La Fiscalía de Kiev ha señalado en un mensaje en su cuenta en Telegram que hasta la fecha se han confirmado 165 niños muertos y 266 heridos «de distinta consideración» desde que se inició la agresión rusa.

Las tropas rusas se han replegado a lo largo del fin de semana de varias poblaciones ucranianas, dejando tras de sí panoramas terroríficos, como el de Bucha, una población a las afueras de Kiev en la que se han descubierto, según fuentes ucranianas, más de 400 cadáveres. Una investigación en The New York Times desveló que, apesar de la propaganda rusa negando los hechos, las imágenes que llegaban de la calle Yablunska eran reales. Había muertos en esa vía al menos desde el 18 de marzo.

Tras salir de Bucha, este domingo también abandonaron posiciones en Sumy. En otros puntos, las tropas del Kremlin continúan su acoso. Es el caso de Odesa, Chernígov, Mariupol o Járkov, todas ellas asesiadas desde hace semanas. Mientras en la ciudad portuaria los misiles rusos hicieron volar por los aires varios depósitos de combustible, en Járkov los proyectiles caídos sobre una zona residencial causaron al menos siete muertos, según informó la fiscalía ucraniana.

Dos helicópteros militares de Ucrania han atacado un depósito de combustible en la ciudad rusa de Belgorod, según ha informado el gobernador regional Vyacheslav Gladkov. Desde el inicio de la invasión, es la primera vez que las tropas uranianas pasan a la contraofensiva fuera de su territorio. Además, la inteligencia británica ha anunciado que los efectivos de Kiev han recuperado las poblaciones de Sloboda y Lukashivka, al sur de Chernígov. Mientras este viernes se retoman las conversaciones de paz entre ambos gobiernos y los bombardeos en Kiev han disminuido, Volodimir Zelenski ha advertido de que el Ejército ruso se estáa reagrupando para lanzar «poderosos ataques» en la zona sur del país.

Pese al supuesto repliegue de las tropas rusas de las grandes ciudades, los bombardeos continúan en urbes como Kiev o Chernígov. Allí, según confirman los servicios de inteligencia militar de Reino Unido, siguen cayendo proyectiles y acumulándose bajas. Lo mismo que en Milolaiv, donde 16 personas han muerto en el ataque contra un edificio administrativo. Mientras siguen las negociaciones, Rusia ha declarado un nuevo alto el fuego en Mariúpol, ciudad a la que Ucrania ha enviado 45 autobuses para llevar a cabo un nuevo intento de evacuación.

Ucrania y Occidente miran con recelo el compromiso ruso de atenuar los ataques a las grandes ciudades ucranianas. De hecho, durante la noche de este miércoles han continuado los bombardeos sobre Kiev y Chernígov, donde no han parado de sonar las alarma antiaéreas. Además, también se habrían producido ataques contra, al menos, tres instalaciones industriales ucranianas. Kiev asegura que Rusia está transfiriendo tropas del norte al este para cercar a las fuerzas ucranianas.

Mientras, han salido del país ucraniano más de 4 millones de personas hacia países vecinos. La mayoría hacia Polonia.

Los esfuerzos de los rusos por rehacerse en el noroeste de Kiev continúan, pero sin grandes avances. En el sur, en Mariúpol, siguen los combates y las fuerzas invasoras estarían intentando hacerse con el puerto al Mar de Azov.

Según el alto mando del Gobierno de Kiev, sus soldados han repelido siete ataques rusos en las regiones separatistas de Donetsk y Lugans, ambas en el Donbás. Según ha informado Reino Unido Rusia estaría desplazando hasta allí parte de los efectivos destinados inicialmente en Mariúpol y Járkov. Precisamente allí, según ha denunciado el Parlamento ucraniano, las fuerzas invasoras estarían atacando instalaciones en las que se desarrollan investigaciones nucleares.

El Kremlin anunció el viernes que sus tropas se centrarían en «liberar» la zona del Donbás, sin embargo por el momento esa decisión no se deja sentir en el despliegue de tropas. Así lo confirma la evaluación del Instituto de Estudios para la Guerra (ISW) que ha confirmado que no se observa «ningún cambio» en las actividades rusas en torno a Kiev. Es más, tal y como temían tanto las potencias occidentales como la propia Ucrania, los invasores siguieron bombardeando distintos puntos. E incluso, a última hora del sábado dos misiles golpearon Leópolis, a tan solo 60 kilómetros de la frontera con Polonia.

El general Serguéi Rudskói, jefe de la Dirección Operativa Principal del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas rusas, ha asegurado que «se han completado las tareas principales de la primera etapa de la operación en Ucrania. El potencial de combate de las tropas ucranianas se ha reducido significativamente. Esto nos permite centrar todos nuestros esfuerzos en lograr el objetivo principal: la liberación de Donbás».

Las tropas rusas, de hecho, no solo no avanzan sino que incluso están perdiendo posiciones, como es el caso de Irpim, cerca de Kiev.

En las últimas 24 horas, además, Ucrania ha destruido varios barcos de la flota rusa en el Mar Negro. Este viernes, los bombardeos del Ejército de Putin han alcanzado una clínica en Járkov, donde han muerto cuatro personas, así como una unidad militar de Ucrania en las afueras de Dnipro.

Resisten también Chernígov y la castigada Mikolaiv, erigida en el principal obstáculo para el avance de las tropas rusas hacia Odesa. La perla del Mar Negro ha sido bombardeada un par de veces desde el mar, pero se mantiene en relativa tranquilidad. Los mismo pasa en las ciudades más occidentales, como Leópolis, donde ha habido bombardeos esporádicos en la zona del aeropuerto.

La capital, gran objetivo de Vladimir Putin desde el primer momento, tampoco da señales de que vaya a caer. Pocos de los que siguen en ellas no están armados y las fuerzas ucranianas han logrado incluso echar a los rusos de los suburbios que habían tomado días atrás.