![Unicef se encargará de distribuir la vacuna de la covid por el mundo](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202011/23/media/cortadas/vacuna-k03G-U120854894635vPE-1248x770@RC.jpg)
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mercedes gallego
Lunes, 23 de noviembre 2020, 21:35
Para frenar la pandemia del siglo hará falta un esfuerzo titánico alrededor de un mundo cada vez más globalizado, porque no bastará con distribuir la vacuna en EEUU o Europa si se quieren reabrir las fronteras y volver a la normalidad. Solo la ONU está preparada para llevar a cabo una operación «gigantesca» para la que ya se ha seleccionado un actor: Unicef.
El brazo de la ONU para la infancia es el que más experiencia tiene en la distribución de vacunas, al tratar rutinariamente con las de distintas enfermedades como el sarampión, la difteria y el tétano. Es, de hecho, el mayor comprador de vacunas del mundo. Cada año distribuye 2.000 millones de vacunas pero en el 2021, si se cumplen las expectativas, tendrá que doblar su capacidad para distribuir otros 2.000 millones de dosis de la vacuna para la Covid en la que trabajan diferentes farmacéuticas. El reto será incorporar a sus operaciones esa ingente cantidad de nuevas dosis sin que eso afecte a las operaciones existentes de otras enfermedades, que no pueden dispararse ahora.
El organismo anunció ayer que ya está en conversaciones con distintas aerolíneas para organizar esta monumental operación que garantice «un acceso equitativo y justo para cada país del mundo», dijo en un comunicado. Para eso hará falta trabajar con el sector público y privado de la esfera internacional que incluye navieras, empresas de carga y unas 350 organizaciones del sector logístico. «Necesitamos poner todas las manos a trabajar si queremos tener listas las vacunas y el equipo de protección para el personal del sector de salud que se encargue de proporcionarlas», explicó Etleva Kadilli, la directora de la División de Suministros para la agencia.
Estados Unidos ya cometió el error al principio de la pandemia de rechazar los kits de diagnóstico que en enero puso a disposición de la comunidad internacional la Organización Mundial de la Salud (OMS). Con el nacionalismo del «América First» en mente, el presidente Donald Trump insistió en que semejante operación tenía que hacerse con empresas estadounidenses, que aún no lo tenían desarrollado. La primera hornada que se empezó a enviar el 5 de febrero resultó en test contaminados, lo que obligó a retirarlos de los laboratorio y limitó severamente el acceso hasta final de marzo. Un tiempo preciso para el virus que ha contagiado a 12.5 millones de estadounidenses.
Con un nuevo presidente al frente, nadie espera repetir ese error. Unicef dice estar negociando ya con distintas aerolíneas para poder distribuir la ingente cantidad de 2.000 millones de dosis de la vacuna en la que todo el mundo tiene puestas las esperanzas. Algunas de estas versiones, como las que han desarrollado Pfizer y BioNTech, requerirán mantenerse a 70 grados bajo cero, lo que exige una capacidad de refrigeración que no tienen muchos países subdesarrollados. Para eso será necesario una gran coordinación que incluirá también el envío de mil millones de jeringuillas y otros materiales necesarios para llevar a cabo el proceso de inmunización global.
El organismo de la ONU se encargará de 92 países de ingresos bajos y medios pero no cerrará las puertas a nadie. El mayor reto de esta «operación histórica y descomunal», dijo la directora de Unicef, será asegurarse la suficiente capacidad de transporte y refrigeración «de la forma más rápida y segura posible». Como aval alega que desde enero ya ha procurado la distribución de mascarillas, tanques de oxígeno y test de diagnóstico por valor de 190.000 millones de dólares, en coordinación con la OMS. Esa es la palabra clave, «coordinación», ha insistido la agencia. «El apoyo de los gobiernos, el sector privado y los socios será crucial», advirtió Kadilli.
Tendrá que hacerse, además, en un tiempo récord, por lo que desde el mes pasado ha comenzado a almacenar millones de jeringuillas que está preposicionando para cuando llegue la vacuna. Su personal trabaja también en identificar las posibles interrupciones que puedan existir en la cadena de transporte con idea de tenerlo todo listo para un rápido despliegue. Los primeros fabricantes en participar serán los que tengan acuerdo con las instalaciones COVAX, una iniciativa global formada por las 64 mayores economías del planeta, entre ellos 29 europeas, que han comprometido 1.400 millones de dólares. Nueve fabricantes de las vacunas más avanzadas pertenecen a los países de esta iniciativa y otros 38 países están en vías de sumarse.
Será un hito para el mundo de la salud global que podría servir para recuperar la credibilidad que ha perdido la ONU en los últimos años y traer una nueva conciencia sobre la necesidad de instituciones multilaterales.
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