Secciones
Servicios
Destacamos
miguel pérez
Madrid
Martes, 28 de julio 2020, 00:00
A punto de cumplirse el próximo jueves los seis meses desde que la OMS declarase el estado de emergencia sanitaria mundial, el planeta se enfrenta ya a una segunda oleada vírica. Una amenaza que vuelve a descolocar a los expertos por su celeridad y que obliga a preguntarse qué sucederá en otoño, cuando realmente se preveía que pudiera darse este escenario.
Todo ha cambiado drásticamente desde el 30 de enero, cuando la OMS decretó la alerta tras contabilizar cien casos de Covid-19 fuera de China. Nadie consideraba entonces que sería obligatorio ponerse una mascarilla como en el gigante asiático. La misma institución anunció ayer que el número de contagios supera los 16 millones y el de fallecidos, 640.000 víctimas. Y otro dato que mantiene en vilo a los gobiernos: la pandemia crece de tal manera que en seis semanas se ha duplicado el volumen de nuevos positivos. Los centros comercialesd venden ahora máscaras de diseño.
Ante un contexto de 'nueva normalidad', que cada día es menos normal y se asemeja más al apogeo de la primera crisis pandémica, la OMS recomienda la «máxima precaución». Europa ha comenzado a replegarse. Apenas unas horas después de que Reino Unido pusiera en marcha su política de cuarentenas, Alemania y Austria han aprobado la obligatoriedad de que los viajeros llegados a sus territorios se hagan test de coronavirus si proceden de países inseguros. España no está en sus listas de riesgo, aunque la situación podría cambiar si los analistas sanitarios así lo deciden en sus revisiones periódicas.
El Gobierno alemán ya planteó el pasado viernes que los pasajeros se sometieran a pruebas voluntarias en los mismos aeropuertos. Allí dispondrían del material necesario y, sólo en los resultados positivos, se aplicaría la cuarentena. Pero ayer el Ejecutivo anunció que estas pruebas serán «obligatorias», dando la razón a varios políticos locales que abogaban por esta medida al entender que los test voluntarios sólo los usan quienes ya son precavidos ante la enfermedad. El ministro de Sanidad, Jens Spahn, señaló que utilizará sus competencias para imponer en todos los Estados federados «la obligación de que se realicen pruebas a los que llegan de zonas de alto riesgo» desde el lunes próximo debido al repunte en la cifra de contagios y el pánico a los casos importados de otros países.
La misma medida rige desde ayer en Austria para todos sus ciudadanos, así como los de la UE y el espacio Schengen (el resto tiene directamente prohibida la entrada). Quienes regresen de vacaciones o de un viaje de trabajo desde los 32 Estados que el Gobierno considera peligrosos deben someterse al test o presentar una prueba PCR negativa reciente. De nuevo, España está a salvo de estas restricciones, no así Portugal, Rumanía, Suecia y Bulgaria. Fuera del ámbito de la UE, también habrán de pasar el examen quienes regresen de Rusia, Bielorrusia, Ucrania, Turquía, Serbia, Estados Unidos, Hubei (China) y la mayoría de Latinoamérica.
La razón última de este incipiente repliegue tras la reapertura de fronteras y del tráfico aéreo reside en los cientos de brotes detectados en la UEen cuestión de sema nas y al efecto agravante que puede tener el regreso de los veraneantes tras las vacaciones de julio y agosto. El Gobierno británico explicó ayer que la nueva cuarentena trata de soslayar una segunda oleada de Covid-19 a la vista de la incesante propagación del virus mietras el primer ministro de Sajonia, Michael Kretschmer, a reiteraba que «ya está aquí». Sin llegar a ese extremo, el ministro de la Cancillería, Helge Braun, manifestó la«preocupación» del Gobierno ante el «claro incremento» de los contagios cuando todavía no ha llegado el otoño.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.