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Juan Carlos Barrena
Berlín
Martes, 8 de diciembre 2020, 13:17
Las más importantes instituciones y expertos alemanes implicados en la lucha contra el coronavirus han apelado al gobierno alemán y los ejecutivos de los 16 estados federados para que apliquen restricciones máximas inmediatamente con el objetivo de frenar la propagación del virus Sars-Cov-2, cuando el elevado nivel de contagios no remite desde hace semanas y los hospitales amenazan con verse desbordados por el ingreso de nuevos pacientes en estado grave. Varios medios alemanes revelan hoy que los miembros de la Academia Nacional de las Ciencias Leopoldina, asesores del gobierno germano durante la pandemia, celebraron una reunión virtual el pasado fin de semana para plantear nuevas medidas drásticas en un documento que suscriben 28 científicos, entre ellos el prestigioso director del instituto de virología del Hospital Universitario «Charité» de Berlín, Christian Drosten, su colega de Fráncfort Sandra Ciesek, la investigadora pedagógica Ute Frevert o la psicóloga sanitaria Jutta Mata.
Llama la atención el hecho de que entre los firmantes se encuentra el presidente del Instituto Robert Koch (RKI) de virología, Lothar Wieler, que como máximo responsable de coordinar la lucha contra la enfermedad había mantenido hasta ahora una postura reservada. También figuran entre quienes suscriben el llamamiento destacados economistas como el presidente del instituto de estudios económicos «Ifo», Clemens Fuest, o la presidenta del Consejo de Datos Sociales y Económicos y catedrática de la Universidad de Erlangen-Nuremberg, Regina Riphahn. Todos ellos exigen la aplicación de un «cierre duro» de la vida económica y social en Alemania «para reducir rápida y drásticamente el elevado número de nuevas infecciones». Añaden que «médidas severas aplicadas rápidamente en un corto espacio de tiempo ayudan apreciablemente a reducir claramente las cifras de las infecciones y a mantenerlas bajas». Plantean para ello un procedimiento en dos etapas que comenzaría el 14 de diciembre con la suspensión temporal de la escolaridad y la petición expresa de que todo aquel que pueda trabaje desde su hogar. Igualmente reclaman la suspensión de «todas las actividades de grupo en los campos de la cultura y el deporte».
En una segunda etapa a partir del comienzo de las festividades navideñas y «como mínimo hasta el 10 de enero de 2021 debe suspenderse toda la vida pública en Alemania» con la aplicación de un «'lockdown' duro». Para ello es necesario cerrar todos los comercios que no sean de primera necesidad y prolongar las vacaciones escolares por lo menos hasta el 10 de enero. Se debe renunciar además a todo viaje vacacional en esas fechas y prohibir durante ese tiempo cualquier tipo de reunión masiva. Aunque no lo plantea expresamente se da por sentado que los científicos de la Leopoldina rechazan también las previstas misas de Navidad al aire libre. Los gobiernos federal y federales habían acordado aliviar las duras restricciones que rigen en Alemania desde comienzos de noviembre durante las festividades navideñas, algo que los firmantes del llamamiento rechazan tajantemente. A su juicio es necesario aprovechar el tiempo de las festividades para reprimir a toda costa la pandemia. Sin dar cifras concretas, aunque se presuponen mínimas, la Leopoldina señala que en las Navidades «los contactos solo deben tener lugar en un estrecho círculo familiar o de allegados limitado a muy pocas personas», contactos que «no deben modificarse durante todo el espacio de tiempo». Es decir, se deben prohibir, aunque sea en círculos reducidos, los contactos con distintos grupos de familiares o amigos.
Los expertos y científicos advierten del peligro de explosión de las cifras de infecciones, ya de por si preocupantemente elevadas, debido a las festividades navideñas y de que en el peor de los casos habría que contar con hasta 50.000 nuevos casos de transmisión del virus a finales de enero si los políticos mantienen en pie los alivios de las restricciones en Navidad y Año Nuevo. «El tiempo de Navidad y del cambio de año conllevan con sus tradicionales, reforzados y estrechos contactos sociales grandes riesgos para que empeore aún más la situación de las infecciones», escriben los firmantes, que aportan también argumentos económicos. Aunque un cierre duro trae consigo a corto plazo pérdidas para la economía, se reduce a la vez el espacio de tiempo para que se puedan aliviar las restricciones. Si estas se mantienen a niveles intermedios como es el caso ahora, se prolongarán «durante meses» y acabarán perjudicando aún más a las empresas y los hogares privados, subrayan los científicos en su documento de siete páginas.
Igualmente critican veladamente a los primeros ministros de los 16 estados federados por no consensuar medidas comunes con la canciller federal, Angela Merkel, y aplicar una y otra vez excepciones en sus respectivas regiones. Así, reclaman «acuerdos políticos a largo plazo para un sistema de reglas claro, de varios niveles y para todo el país». Merkel había planteado este lunes un endurecimiento radical de las restricciones, que fue rechazado inmediatamente por varios presidentes regionales como los de Turingia y la Baja Sajonia. Los científicos de la Leopoldina subrayan, sin embargo, que «una actuación consensuada hace las medidas más transparentes, comprensibles y planificables para los ciudadanos y las empresas».
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