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Se termina 2024, otro año funesto para el Levante, en el que no se consiguió ascender y en el que el club se ha visto ... sumido en una grave crisis económica que ha dificultado hasta el pago de las nóminas de los empleados. El arranque de esta presente temporada ilusionó mucho al levantinismo, con la llegada de Julián Calero y su convincente mensaje, además de las vueltas de Vicente Iborra y José Luis Morales. Pero con el paso de los meses, ese equipo que parecía imparable y que iba enchufado hacia Primera, ha ido diluyéndose. Entre el parón por la dana, varias lesiones, y la falta de acierto de cara a gol, el Levante se ha empezado a alejar de la zona de ascenso y el empate de este domingo ante el Huesca —gracias a una genialidad de Andrés García en l la última jugada— termina de certificar que este equipo está en un bache importante. Son ya cuatro partidos consecutivos sin ganar que colocan al Levante a un punto del play-off y a seis de la promoción directa, con un partido menos, eso sí. Solo queda confiar en que 2025 sea mejor año y la cosa cambie.
Levante UD
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SD Huesca
La primera parte fue de más a menos. El Levante tuvo un inicio potente, con una buena combinación a los diez minutos, cocinada por Oriol Rey en el centro del campo. Carlos Álvarez abrió a banda izquierda para Roger Brugué, que centró rápidamente al área, donde encontró a José Luis Morales, pero el Comandante no acertó con el control y se frustró la jugada. Tuvo un aviso Carlos Álvarez poco después, en una jugada clásica suya por el lado derecho conduciendo con la zurda. Sacó un disparo al palo corto, pero detuvo cómodamente Dani Jiménez. El Huesca tenía un plan muy claro. Repleigue en bloque bajo con su 5-3-2 y en cuanto se pudiera recuperar el balón, transiciones rápidas en busca de Patrick Soko. En ataques estáticos, poco. Una de Iker Kortajarena, que sacó un centro-chut que no tocó nadie y se fue envenenando. Acabó rozando el palo. El Levante no bajaba el ritmo y aunque la grada se impacientaba cada vez que se retrocedía, consiguió encontrarle cosquillas a la defensa oscense. La tuvo clarísima Brugué en el 35, cuando tras una jugada individual de Morales por banda izquierda, mandó arriba un remate a bocajarro que parecía ya casi gol. Poco después llegó una ocasión de Soko al contraataque que sería un presagio de lo que llegaría después. El delantero visitante le ganó la espalda a Jorge Cabello, aunque el granota le incomodó lo suficiente en el disparo y Andrés Fernández pudo detener el intento. Pero era lo que buscaba el Huesca, y no tardaría en encontrar petróleo. Justo antes del descanso se vivió el susto de Pablo Martínez, que se echó al suelo entre lágrimas doloriéndose de la rodilla derecha. Tras ser atendido, pudo reincoporarse con una notoria cojera, y posteriormente, con un aparatoso vendaje. Quizá ese parón enfrió al Levante, ya que escasos minutos después, llegó el gol del Huesca. Marcó, cómo no, Soko. El ariete tiró un gran desmarque por el costado derecho y recibió el pase filtrado de Javi Hernández, que se coló entre Diego Pampín y Cabello. El camerunés, con calma, definió por debajo de las piernas de Andrés en el uno contra uno, marcando el clásico gol psicólogico antes del descanso. El Ciutat despedía a sus jugadores al entretiempo con una pequeña pitada haciéndoles ver que lo visto en los primeros 45 minutos no era suficiente.
Tras el paso por los vestuarios, Julián Calero decidió meter más pólvora arriba introduciendo a Iván Romero por un Sergio Lozano que estuvo desdibujado en la primera parte. La tuvo Brugué en el 50, con un disparo desde la frontal del área que se marchó rozando el primer palo. De ahí llegaron dos ocasiones más, ya que se generó un córner que remató Morales en el segundo palo con una volea que también fue ligeramente desviada por un defensa evitando el gol. Y en el segundo saque de esquina consecutivo, el cabezazo de Unai Elgezabal se estrelló contra el lateral de la red. Fueron los mejores minutos del Levante, que mejoró y empezó a encerrar atrás al Huesca. Y aunque el Levante se encontraba en su mejor momento, el Huesca supo ralentizar el encuentro, empezando a perder tiempo en cada interrupción de juego y complicando las cosas a los granotas. El partido parecía abocado a un tropiezo, con el Levante volcado arriba sin acierto.
El tiempo corría y las sensaciones, ni con los cambios, no eran buenas, hasta que en la ultimísima jugada del partido, Andrés García sacó un zurdazo lleno de rabia y, sin saber muy bien cómo, marcó quizá el golazo de la jornada por toda la escuadra. Sobre la bocina, el Levante rescató un punto que aunque es mejor que no sumar ninguno, sabe a poco para despedir el año. Que venga 2025, y que sea mejor.
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