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Alessio Lisci aterrizó en el Levante hace diez años y medio. No llegó de la forma más corriente en el mundo del fútbol. Lo hizo a través de unas prácticas que le llevaron desde su Roma natal hasta Orriols. Ha pasado por los cuerpos técnicos del alevín, el infantil, el cadete y el juvenil antes de dar el salto al banquillo del filial, donde ha aprovechado su oportunidad.
–¿Cuando llegó de prácticas se podía imaginar una carrera así?
–Iba a estar desde enero de 2011 hasta final de temporada. Tenía el sueño de quedarme, aunque en Italia trabajaba muy bien. Me encontré muy a gusto. Si seguí, el principal culpable fue Villa (Miguel Ángel Villafaina), porque me pidió que me quedara como segundo entrenador suyo. Ha sido un referente para mí.
–¿Qué le condujo a solicitar prácticas en España?
–Tenía una beca de estudios para hacer prácticas en el extranjero y me apetecía ir a España. Tenía un acuerdo con el Espanyol porque había un preparador físico italiano, pero al final no se pudo hacer. Me quedé sin prácticas. Al mandar currículum, acabé en el Levante con Villa. Todo pasa por algo. Al final se me abrió la mejor puerta que se me podría haber abierto.
–¿Pasó por la Lazio?
–Sí, yo trabajaba en la Lazio antes de venir aquí. Trabajaba de preparador físico con el infantil.
–En diciembre dejó el Juvenil A para tomar las riendas del filial tras la destitución de Tevenet. ¿Cómo afrontó la oportunidad?
–Me la tomé con ilusión. Tengo muy buena relación con Tevenet y todo su cuerpo técnico. Entonces cuando le destituyeron me supo mal. Pero el fútbol es así. Creo que ha sido una oportunidad muy buena. Era muy difícil. Ha sido un máster, porque ha sido la temporada más corta de siempre. En diez jornadas había que salvar el equipo porque sabíamos que si íbamos a la otra ronda estaba complicado. Por suerte lo conseguimos y estamos muy contentos.
–¿Cuál es su filosofía de juego?
–Me gusta un equipo que domine todas las facetas posibles, que tome buenas decisiones y, en función de lo requiera el partido, saber cumplir con todo. Hay partidos que apretamos muy arriba, partidos que estamos en tres cuartos, partidos que estamos atrás, partidos que tenemos posesiones larguísimas... El equipo tiene que saber desenvolverse en cualquier situación. Si tú solo sabes jugar a una cosa, es muy difícil que tengas éxitos. A mí los equipos que se diferencian sólo por atacar o defender muy bien... Yo no entiendo por qué un equipo no debe saber hacer todo. El fútbol es tan complejo y tan bonito que cuantas más cosas sepamos abarcar, mejor.
–Tiene 35 años. ¿Su objetivo es llegar a la élite en España?
–Mi objetivo es seguir formándome. Si el día de mañana tengo opciones para crecer, estaré encantado. Pero lo más importante es estar listo para coger cualquier tipo de equipo. Por ahora no hay ningún tipo de prisa.
–Para celebrar la salvación del Atlético Levante caminó desde Valencia hasta Atzeneta. ¿Por qué?
–Cuando perdimos contra el Atzeneta, nos daban todos por muertos. No sé por qué, pero me entraron buenas sensaciones. Ha sido uno de los momentos clave del año. Le dije a mi cuerpo técnico que, si ganábamos los tres últimos partidos y nos salvábamos, volvía a Atzeneta andando. En cuanto he tenido la posibilidad de ir, he ido. Y por suerte se sumó al final Joan García, el analista del equipo. En tres días llegamos. Ha sido complicado, pero había que hacerlo. Hubo un par de veces que me parecía imposible llegar.
–Durante dos años y medio ha entrenado al Juvenil A, que se ha proclamado campeón de Liga. ¿Contará con varios de esos jugadores para el filial el próximo año?
–La plantilla la conozco muy bien. Nos reuniremos y decidiremos las cosas, pero hay jugadores que están para el filial el año que viene sin ninguna duda. Esta generación es muy buena y hay dos o tres futbolistas que es muy difícil que no lleguen a Primera. Es la única generación que ganó el campeonato de Alevín A. Hay varios jugadores que siguen desde entonces.
–¿Cuál es su política en cuanto a la confección del filial?
–En las zonas donde no hay proyección desde abajo y están un poco descubiertas, no hay que tener miedo a fichar gente aunque sea mayor. En enero fichamos a Michele e Íñiguez, que han ayudado muchísimo a los jóvenes. Son gente que ha vivido vestuarios más complicados y puede dar experiencia a los jugadores. No tienen que ser muchos y tienen que dar esa estabilidad que necesita el equipo. A partir de ahí, hay que rodearles de gente joven. Desde enero, hemos jugado siempre con siete u ocho jugadores del 2000, 2001 e incluso 2002, y luego rodeados por Michele, Iñiguez, Ferni... Creo que el formato es este. Gente muy joven canterana y dos, tres o cuatro piezas de gente que sabes que te va a dar talla y te va a hacer rendir el equipo.
–¿Qué le parece el proyecto de cantera del Levante?
–Es un proyecto en evolución. Ha empezado desde abajo, cada año se logran más éxitos. Hay jugadores buenos y, con tiempo, llegarán. Tenemos un entrenador muy bueno arriba que viene de cantera también. Hay que tener paciencia y, cuando se lo ganen, jugarán.
–Cárdenas, Pepelu, Cantero y Blesa tienen contrato con el primer equipo. ¿Los ve listos?
–No podemos pensar que Paco López de repente tenga que sacar cuatro o cinco canteranos a la vez porque sería peor para ellos y peor para el club. Pero con el tiempo, en un contexto que funciona, los que suben de abajo pueden jugar sin ningún tipo de problema. Es lo mismo que pasa en el filial.
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