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Partido aplazado| El Levante puede cerrar hoy la primera vuelta en promoción si gana en un escenario donde justo hace 25 años se montó una batalla campal

Martes, 7 de enero 2025, 01:54

A Tenerife se puede ir por turismo a disfrutar del clima y las playas, a cumplir el trámite del partido aplazado o a enseñar los ... dientes y resistir el chaparrón pase lo que pase. Avisa Julián Calero que esta época de temporada es algo así como una travesía en el desierto y que todo se va a decidir en las diez últimas jornadas. Pero para el Levante, el de esta noche es un partido especial porque sumando los tres puntos cierra la primera vuelta de campeonato en puestos de privilegio. «No me gusta ir con partidos atrasados ni adelantados. Parece que te generas expectativas, me gusta que ya por fin enganchemos la normalidad. Sumar de tres, sería un buen arranque de año y nos vendría muy bien», decía ayer mismo el técnico.

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La ocasión es ideal desde luego. Pero Calero sabe que el Tenerife no le va a recibir con los brazos abiertos. La llegada de Álvaro al banquillo ha sido considerada como un punto de inflexión pero su situación en la tabla es más que agónica. De ahí que el ambiente que se vayan a encontrar no será de carnaval. Eso hace retrotraer la memoria a partidos de intensidad, dentro y fuera del césped, que disputó el Levante en este mismo escenario. Uno de ellos, hace justo 25 años, terminó con la tensión por las nubes y con el autocar del Levante escoltado por la policía y refugiado en un curioso paraje mientras hacía tiempo hasta el traslado definitivo al aeropuerto para evitar que la ira de los seguidores locales acabara en un disgusto importante. «Apedrearon el autobús y nos llevaron al puerto para hacer allí tiempo. Estuvimos unos veinte minutos escondidos entre dos montañas de contenedores», recordaba este mismo lunes José Nebot, que era jefe de los servicios médicos granotas.

Aquel partido tuvo miga. Se adelantó el Tenerife con gol de Lussenhoff a cinco minutos para el final del primer tiempo. Pero el Levante empataría con un gran zapatazo del entonces Vicentín (Vicente Rodríguez). El equipo granota estaba entrenado por Pepe Balguer y tenía en su once jugadores reconocidos como Veiga, Giner, Jesús, Fernando Sales, Chicha, Salillas. La cuestión es que el árbitro anuló el gol de la victoria al Tenerife por una supuesta falta –no lo fue– a Giner en un salto de cabeza. Lo que pasó después acabó con la afición rodeando el autocar azulgrana con la policía casi superada.

«El rival se juega muchísimo, tiene mucha necesidad. En Tenerife siempre son partidos dificilísimos», advierte Calero, que ve a sus jugadores motivados. «La gente de fútbol somos la hostia. Estamos cuatro días sin balón y lo echamos de menos. He visto a los chicos con unas ganas increíbles, ya les dije que venían curvas bonitas pero que hay que cogerlas con fuerza», recuerda.

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Fabrício, en Brasil; y Miñambres a por el central

Que el Levante cojea en defensa es algo de sobra conocido. Y que tiene ganas de parchear ese déficit también. Ayer habló sobre esta cuestión Calero, que afirmó sobre Fabrício que «ya no cuento con él en lo deportivo. Está en Brasil y están tratando de cerrar la operación». Miñambres está además sobre el asunto del central. «El que venga viene a complementar, tiene que venir a ayudar. Ya saben cuál es mi prioridad para ser competitivo en la segunda vuelta. Es una necesidad. Estamos muy escasos. Si a otros equipos no les han dejado pasar –en referencia al Barça y Olmo–, a nosotros menos. Hay que ajustarse».

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