Antonio Calpe muestra la Copa de Europa que ganó con el Real Madrid en 1966. damián torres
LEYENDAS VALENCIANAS

Antonio Calpe, el crack del Mustang rojo descapotable no sabía bailar

Un vecino que jugaba en el Alcoyano lo usó para lograr su carta de libertad. Ahí empezó la carrera de la leyenda del Levante y del Real Madrid

Lunes, 18 de abril 2022, 00:31

Un joven hace autostop en la carretera Madrid-Valencia a mediados de los 60. Ya sin demasiada fe porque han pasado varios coches sin que ... nadie mostrase intención de parar. Hasta que frena a su lado otro hombre que aún no ha alcanzado la treintena. Por el vehículo, un Ford Mustang rojo descapotable, ya adivina que debe ser una celebridad. El viajero, aficionado al fútbol, lo reconoce: es Antonio Calpe, integrante de la plantilla del Real Madrid bautizada como el 'equipo ye-ye' y que ganó la Copa de Europa de 1966.

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Ernesto Calpe, su hermano, relata la anécdota sin recordar el pueblo de destino del viajero: «Sé que era a mitad del camino, y que desde la carretera habría cinco o seis kilómetros. Toni no lo dejó ahí, sino que se desvió para que no tuviera que pegarse la caminata». Agradecido y eufórico de que lo hubiera llevado a casa una estrella del fútbol, en cuanto llegaron a la localidad empezó a corearlo: «Estaban en fiestas, insistió en presentarle a sus vecinos, sus amigos y hasta al alcalde».

Antonio Calpe, de quien destacan su discreción todos los que le conocieron, se convirtió en el centro de atención. A alguien se le ocurrió que se marcase un baile con la reina de las fiestas: «Y ahí estaba la chica, esperando a que mi hermano se lanzase, pero él pedía una y otra vez que le disculpasen, que no sabía bailar. ¡Y era verdad! Le encantaba la música, en casa tendré más de 1.000 casetes entre los suyos y los míos, pero de bailar, nada».

También le encantaban los coches. Además del Ford Mustang descapotable tuvo Mercedes, Alfa Romeo... Vehículos a cuyo paso la gente solía girar la cabeza. Pero Antonio Calpe era discreto. Si podía, pasaba desapercibido. Por eso, en su etapa como secretario técnico del Levante prefería comprarse la entrada de grada que ir a los palcos de los estadios. Incluso hubo que evitar que se marchase del Ciutat cuando el club homenajeó en 2013 a los héroes del ascenso de 1963. El acto era a la conclusión de un partido del Betis y antes habían convocado a los exfutbolistas para invitarlos a comer: «Yo ya he estado charlando con ellos un rato, me voy a casa». Al final le convencieron de que se quedase.

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Su padre formó parte del Levante que ganó la Copa España Libre, pero él llegó al club granota casi de rebote. Jugaba a fútbol en el Bellido, un modesto equipo de Regional. «Teníamos un vecino, un tal Garrido, que militaba en el Alcoyano y quería irse para fichar por otro club. Le respondieron que sin problema, pero que debía llevar un sustituto y él le propuso a mi hermano que fuese a probar», recuerda Ernesto.

El entrenador quedó prendado por Antonio Calpe y le preguntó: «¿Usted tiene algo que ver con el Calpe que jugó en el Levante?» «Sí, es mi padre». «Empieza con nosotros la semana que viene, pero si no viene con él, no hace falta que vuelva». Cuando regresó a casa y le relató lo sucedido a su progenitor, este le contó que Quisque –aquel técnico, leyenda del Alcoyano, donde ocupó casi todos los cargos– y él habían sido compañeros de equipo.

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Antonio Calpe empezó en el Alcoyano antes de fichar, dos años después, por el Levante. Justo para formar parte del equipo que hizo historia al subir a Primera y, la temporada siguiente, sellar la permanencia. Llamó la atención de varios equipos de la élite y en verano de 1965 cambió de aires.

Conocida es la anécdota de que viajó a Madrid sin saber exactamente por qué club iba a firmar. Por momentos se le dijo que ficharía por el Sevilla, hasta que por el hotel apareció Antonio Calderón, gerente del Real Madrid. Anteriormente había trabajado en la entidad hispalense y presidió la Federación Andaluza, de ahí la confusión. Calpe ganó la Copa de Europa de blanco y, una noche, fue el centro de atención en las fiestas de un pueblo al que llegó con su Ford Mustang descapotable. Después siguió su camino hacia Valencia, su tierra, donde es leyenda del equipo de su vida, el Levante.

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Entrenador y secretario técnico granota

Valencia. Nacido en febrero de 1940, la semana pasada se cumplió un año de su fallecimiento, el 7 de abril.

Regional. Jugaba en el Bellido, un modesto equipo de la zona de la avenida del Puerto, hasta que fue a hacer una prueba al Alcoyano.

Ascenso del Levante. Lo ficharon en la temporada 62-63 y jugó todos los partidos en el curso en el que el equipo subió a Primera.

Campeón de Europa. Fichó por el Real Madrid en verano de 1965 y formó parte del equipo que ganó el torneo continental en 1966.

Vuelta al Levante. En 1971, tras sufrir dos graves lesiones, regresó al club granota, al que subió a Segunda antes de retirarse en 1975.

Club de su vida.En los 80 ejerció de entrenador y secretario técnico del Levante.

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