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Aitor y Vezo, tras encajar uno de los goles ante el Granada EFE/JUAN CARLOS CÁRDENAS

El ataque del Levante tampoco tiene defensa

Los granotas no marcan de jugada en el Ciutat desde el 22 de agosto, y son además el equipo más goleado de la Liga, encajando en todos sus partidos, excepto en el empate a cero ante el Getafe

MARC ESCRIBANO

Valencia

Martes, 2 de noviembre 2021

Pereira se sinceraba tras el Granada, consciente de la situación del club. «El ánimo está mal, no esperábamos perder de esta forma tan abultada, son cosas que pasan en el fútbol y, ahora mismo, toca salir de esto con la cabeza arriba y reinventarse», ... declaraba el técnico granota.

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El Levante había vivido los últimos años con la imagen de un equipo frágil defensivamente pero que lo compensaba con su talento ofensivo y efectividad goleadora. Este año, las cosas han cambiado. El equipo sigue encajando goles, pero no marca como lo venía haciendo. Se ha quedado sin perforar portería rival en la mitad de los encuentros disputados hasta la fecha.

Pero el dato preocupante es el de los goles marcados en casa. Desde el gol de Róber Pier en el 3-3 ante el Real Madrid disputado hace ya más de dos meses, los granotas solo han conseguido ver portería en el Ciutat de València a través del punto de penalti. Roger ante el Rayo, y Bardhi por partida doble ante el Atlético. No consiguió si quiera marcar gol frente a Celta, Getafe y Granada. El Levante tiene un problema para generar goles de jugada, y ni el balón parado como faltas o córners le salva. Solo las penas máximas han sido la fuente del gol. Las lesiones han jugado su papel en estos datos alarmantes, pero no son la justificación de la falta de eficacia del ataque granota. Fuera de casa en cambio, ha sido capaz de meterle tres goles al Sevilla y uno al Elche en jugadas elaboradas con la posesión del balón. Se podría decir que esta estadística puede ser casualidad, pero la forma en la que afronta los partidos el equipo dependiendo del estadio en el que juega afecta a su faceta goleadora. Jugando en casa sale más confiado y conservador, mientras que lejos de Orriols arriesga más en busca de sacar algo positivo de sus visitas.

Una retaguardia paupérrima

En el lado defensivo, sigue siendo la misma historia, con unos números nefastos para un equipo que quiere mantenerse en la élite. Ha encajado veintitrés goles en doce partidos, los mismos que llevaba a estas alturas en el año del último descenso. Dos por partido de media, prácticamente. «Este no es el nivel para competir en Primera División», decía Pereira en la rueda de prensa posterior a la derrota ante el Granada en la que el equipo volvió a encajar tres goles, consciente del problema que tiene entre manos y que ha de buscar solución si quiere que la situación no se le vaya de las manos antes de tiempo.

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Al conjunto granota le han marcado como mínimo un gol en todos los partidos a excepción de uno, el del Getafe, que terminó con empate a cero ante el equipo con el que el Levante comparte puntuación y puesto en la tabla, el farolillo rojo. El próximo compromiso ante el Alavés se antoja como una final, ante un rival directo por la salvación, en el que tendrá que hacer goles si quiere sumar el tan ansiado primer triunfo.

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