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Mickaël Malsa pasa el balón durante un partido entre el Mirandés y Las Palmas en el estadio de Anduva. /AVELINO GÓMEZ
Carisma dentro y fuera del campo

Carisma dentro y fuera del campo

Malsa ha calado hondo en el vestuario del Mirandés por su carácter dicharachero | El Levante ya tiene prácticamente atado al francés, que no se arruga en el centro del campo y es una persona «risueña, abierta y muy humilde»

Sábado, 2 de mayo 2020, 23:22

El Levante se ha movido rápido para meterse en el bolsillo uno de los mayores diamantes de la Segunda División. El club azulgrana tiene prácticamente atado a Mickaël Malsa, el centrocampista que maravilló al fútbol español durante la presente Copa del Rey. Desplegó su potencial para conducir al Mirandés hasta las semifinales del torneo del KO. Con su excelente rendimiento, ha llamado con fuerza a las puertas de la máxima categoría. Y se las han abierto de par en par. El conjunto burgalés asume que no va a poder retener a un jugador en plena explosión y que termina contrato el 30 de junio. Orriols, salvo giro radical de los acontecimientos, es su nuevo destino. La dirección deportiva granota apuesta por un mediocentro completísimo que no sólo aporta poderío dentro del campo, sino también fuera. Derrocha carisma en el vestuario.

Malsa ha calado hondo en Anduva. Su dinamismo en el centro del campo y su carácter dicharachero han resultado claves en el grupo dirigido por Andoni Iraola. Llegó el pasado verano al Mirandés con la carta de libertad y sin hacer ruido. Actualmente, ha multiplicado su valor. Según Transfermakt, su precio estimado el pasado mes de junio era de 400.000 euros. En marzo había ascendido a un millón. Hasta nueve clubes de Primera le han tanteado durante los últimos meses, pero el Levante se ha adelantado.

El centrocampista francés es una de las revelaciones de Segunda. Y sus inicios en España no fueron como él soñaba. La pasada temporada llegó al Albacete cedido por el Fortuna Sittard holandés, pero en el cuadro manchego gozó de escaso protagonismo. A las órdenes de Luis Miguel Ramis, apenas disputó cinco partidos de Liga como titular. Acumuló 961 minutos. Acabó el préstamo y el internacional con Martinica regresó a los Países Bajos, donde le esperaba una inhóspita situación.

Malsa realizó la pretemporada con el Fortuna Sittard, donde no cuajó y rescindió su contrato cuando el mercado estival estaba a punto de finalizar. El director deportivo del Mirandés, Chema Aragón, tenía informes sobre el jugador, ya que su secretaría técnica lo había seguido durante el curso anterior. En principio, no se presentaba como su primera opción, pero los acontecimientos se precipitaron el último día del período de fichajes. Y a falta de un minuto para el cierre, a las 23:59 horas, la FIFA autorizó la operación. Las urgencias en las negociaciones provocaron que el acuerdo fuera de un solo año, aunque el club burgalés se planteó firmar un vínculo de dos temporadas. En cualquier caso, al haberse convertido en agente libre, su incorporación se habría podido zanjar posteriormente.

Llegó a Anduva con alguna dificultad relacionada con el idioma, ya que durante el verano había perdido fluidez. La recuperó pronto. Se alza como un futbolista especialmente apreciado dentro del vestuario del Mirandés. Los que le conocen le definen como una persona «risueña, abierta, habladora, cariñosa y muy humilde». Su carácter afable contribuye a la unión del grupo. Un carisma y una solidez que también aporta cuando llegan los partidos, porque destaca por su poderío físico.

Su despliegue en el centro del campo se convirtió en un quebradero de cabeza para los rivales con los que se cruzó en Copa. Tiene un perfil de contención y se erige en el futbolista más amonestado de Segunda División, con 14 tarjetas amarillas vistas en 22 partidos disputados. Ninguna roja. Pese a su talante defensivo, Malsa se siente cómodo con el balón en los pies. Cuenta con criterio y da soluciones en la construcción, sobre todo con pases en corto. Además, no se arruga en momentos clave.

No tardó demasiado en cautivar a Iraola. A finales de septiembre se hizo con la titularidad en la medular y ya no la soltó. El Levante, que lleva dos años buscando un sustituto puro para Jefferson Lerma, confía en haberlo encontrado. A sus 24 años, Malsa ha explotado y sabe que ha llegado el momento de demostrar que está capacitado para brillar en Primera. Sin ir más lejos, el pasado mes de enero, el Mirandés tuvo que hacerse fuerte para evitar la salida del francés. Diferentes clubes se interesaron por el mediocentro, pero sobre todo el Mallorca. Las ofertas del club bermellón no satisficieron a la directiva de Anduva, que se remitió a los 750.000 euros de la cláusula de rescisión. Ahora, Orriols le espera.

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