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Ciutat, diles que no se confíen. Aunque sea como el día del Oviedo, con cánticos contra Quico Catalán y abucheos al equipo tras el 0- ... 1. Terapia de choque para ganar aquello y, quizás, ser conscientes en Albacete de que si seguían como en los 20 primeros minutos todo el partido, iban a oír a su afición. El levantinismo va a estar con su equipo hasta el último instante, pero no se va a conformar con menos que el ascenso. Mucha mala suerte tiene que darse para que la grada perdone al equipo si no gana el play-off. Y desde luego, no existe excusa posible para argumentar una eliminación contra el Albacete.
Por mucho que su entrenador, Rubén Albés, esté enfundándose el disfraz de 'bad boy' en sala de prensa desde que se supo el emparejamiento. «Yo no tengo nada que hablar con ningún entrenador y más después de estas declaraciones», señaló este martes el gallego. Gasolina al incendio –algo absurdo, por cierto– iniciado desde que el propio técnico preguntó a los periodistas locales sobre qué rival preferían para el play-off. «Nos hirió como equipo y a mí como entrenador», comentó Javi Calleja el sábado, tras el 1-3 de la ida.
Albés ha querido bajar al barro desde el inicio de la serie y el Levante supo evitarlo en el primer asalto. Ahora juega en casa y tiene una ventaja suficiente como para no caer en ninguna trampa. Es más, la sensación es que esta eliminatoria –incluso el partido– sólo puede perderlo esta noche el propio Levante.
Ejemplos no faltan, incluso en casa, de fallar cuando se tenía todo a favor: Ibiza, Mirandés... esos dos son los más recientes. La diferencia es que ahora ya no queda un plan B. Este es el plan B, que nadie lo olvide. El Levante no ha perdido esta temporada por dos goles o más, con la excepción del 3-0 en Huesca. Y eso, a domicilio. El Ciutat de València ha sido una especie de fortín donde el equipo ha sacado músculo.
El partido de esta noche, por lo tanto, debe servir de ensayo general para lo que debe ocurrir dentro de diez días: una fiesta diseñada para ascender, prolongada de otra por ese regreso a Primera que se ha hecho demasiado de rogar por los errores propios. Si el equipo hace los deberes, este miércoles será el momento de testar esa sincronía con la grada para aplicarlo en el día X, el del Alavés o el Eibar, que se miden este jueves en Mendizorroza con 1-1 en la ida.
En día de diario, el Levante ha preparado fan zone para que la actividad empiece a las 18 horas. A las 19:20 habrá recibimiento al equipo y ocho minutos antes del equipo se ha pedido mostrar las bufandas y cantar el himno a capela. Que el Ciutat tenga un ambiente de día grande, para que no haya riesgo de que los futbolistas lo olviden. Tienen que hacer lo de Albacete. Cuentan con una ventaja más que importante y la responsabilidad de devolver al club y su afición donde merece.
Como el pasado sábado, seguro que hay momentos de tener la cabeza fría. El contrincante salió a tumba abierta en la ida. «Esos once nos tienen a nosotros y a todo Albacete en contra», se escuchó en la realización televisiva. Fue la arenga en el vestuario previa a saltar al césped del Carlos Belmonte. Lo mismo se podrá gritar en la guarida granota este miércoles. Pero que nadie lo olvide, en caso de empate –y de desastre que sería ya incomprensible– si tras la prórroga la eliminatoria está igualada, no hay penaltis y gana el Levante.
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