La cláusula, el último fleco en la renovación de Aitor

El blindaje de Aitor Fernández es casi un hecho. Sólo unos flecos impiden que su renovación con el Levante ya se haya formalizado. Las negociaciones están prácticamente cerradas y, salvo sorpresa, el portero más activo de la Liga quedará atado hasta 2023. Eso sí, hay un cabo suelto relacionado con la cláusula de rescisión del guardameta vasco, cuya cotización se ha disparado durante los últimos nueve meses. Sus actuaciones resultan determinantes.

La ampliación contractual de Aitor se encuentra sobre la mesa desde principios verano, pero las negociaciones arrancaron hace un mes. Han avanzado a buen ritmo y, en principio, quedarán zanjadas en cuestión de días. El guipuzcoano aterrizó en el Ciutat de València en 2018 y se comprometió hasta 2022 con opción a un año más. Ahora la idea es que esa temporada que está en el aire se convierta en fija. Al mismo tiempo, hay un entendimiento absoluto sobre el incremento salarial. El de Mondragón se incorporó al Levante percibiendo uno de los salarios más bajos de la plantilla y, con la mejora prevista, pasará a cobrar cerca de un millón de euros. Su sueldo se equiparará al de Oier Olazábal, el arquero al que arrebató la titularidad el pasado mes de febrero.

Aitor, a sus 28 años, atraviesa el mejor momento de su carrera deportiva. Se ha adueñado de la portería granota y, con sus sensacionales intervenciones, se ha convertido en el futbolista más determinante del equipo. Se alza como el guardameta de Primera División con más trabajo, ya que acumula un total de 38 paradas en lo que va de Liga. Pese a ello, ha encajado 11 goles, que se trata de una cifra moderada.

Con el mercado estival cerrado, la mejora contractual de Aitor se erigió en una de las prioridades para el Levante. Las conversaciones han entrado en la recta final y, si no surge ningún contratiempo, la renovación podrá ser oficial la próxima semana. Para ello, ambas partes deberán concretar la nueva cláusula de rescisión. El actual precio del arquero asciende a 20 millones y la entidad azulgrana aspira a incrementarlo ostensiblemente.

Teniendo en cuenta la eclosión de Aitor, el objetivo del Levante consistía en establecer una cláusula de 40 kilos. Sin embargo, existen discrepancias en este extremo y todo apunta a que, finalmente, el nuevo precio será de 30 millones.