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Cuando el Levante UD regrese a la competición en el estadio Gran Canaria después del parón liguero se habrán cumplido prácticamente dos meses del último triunfo en el torneo. Un periodo demasiado largo en el que el equipo no ha dejado de bajar puestos en la clasificación jornada tras jornada, alimentando la ansiedad y el nerviosismo de los jugadores, así como el desagrado de los aficionados, que ya silban el juego del equipo, pese a estar lejos del descenso. Una crisis de tres puntos logrados sobre 18 posibles que tiene varias causas.
Inseguridad defensiva
El equipo azulgrana ha perdido sus principales virtudes, pero si alguna de ellas destacaba sobre el resto, esa es la seguridad defensiva. El conjunto menos goleado de Segunda División la temporada pasada fue una muralla en su regreso a la máxima categoría, capaz de frenar al Real Madrid en el Bernabéu y a equipos europeos como Villarreal y Real Sociedad. Pero desde la segunda parte del Villamarín hay grietas por todas partes. Chema y Postigo atraviesan un mal momento y ante el Girona evidenciaron, especialmente el manchego, su baja forma con mucha inseguridad, endeblez y errores. También Pedro López tiene lagunas en el lateral. La defensa da en cada partido facilidades para que los rivales lleguen con comodidad al área y puedan rematar en el área con asiduidad, algo que antes era impensable.
Sin acierto goleador
Sólo cuatro goles marcados en estas seis jornadas, entre ellos el de Enes Unal el domingo, con el partido ya decidido. Resulta un bagaje muy escaso, pero el problema no son únicamente los tantos logrados, sino que el equipo apenas crea ocasiones. El balón llega al área con cuentagotas y los delanteros muy pocas veces reciben un pase con ventaja para poder marcar. El gol del turco fue el primero de un atacante esta temporada. Los granotas necesitan generar más llegadas y ser más eficaces en el área.
Escasa circulación del balón
En el inicio de la temporada la irrupción de Bardhi supuso un motivo de ilusión y esperanza, ya que su asociación con Campaña y Morales garantizaba buen fútbol, creatividad y dominio del Levante. Pero el macedonio y el sevillano hace tiempo que se muestran atascados, sin ideas, ni marcan goles ni dan asistencias y sólo el madrileño ha mantenido al equipo en momentos puntuales.
Falta de confianza
La mala racha ha provocado nervios y falta de confianza entre los jugadores. El propio Muñiz admite que no les pueden afectar las prisas en las primeras jornadas, pero lo cierto es que la falta de victorias atenazan a los futbolistas, que no son capaces de levantarse ante un gol en contra.
Rivales directos
En la lucha por la salvación es fundamental ganar a los rivales directos, pero el Levante ha cosechado malos resultados contra todos ellos. Perdió contra Alavés y Girona, y empató ante Eibar, Getafe y Deportivo. Con el añadido de que cuatro de esos encuentros se jugaron en el Ciutat. La próxima jornada es contra Las Palmas.
El consejo de administración del Levante UD se reúne esta tarde para preparar el informe económico que presentará en la junta de accionistas en diciembre, a la que tiene que poner fecha. Como ya avanzó este diario el 3 de octubre, el club presentará unos beneficios brutos de más de tres millones de euros en la temporada 2016-2017 y también ha presupuestado superávit para esta campaña, que obtendrá un récord de ingresos por los derechos de televisión y el traspaso de Deyverson.
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