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La crisis del coronavirus ha convertido la remodelación del Ciutat de València en un encaje de bolillos. La preocupación ha invadido el Levante, que contempla diferentes escenarios por la incertidumbre relacionada con el estado de alarma y el futuro calendario de la Liga. Así, el club debe decidir en cuestión de días si retira de forma inmediata la actual cubierta del estadio, tal y como estaba previsto, o la mantiene ante el riesgo de quedarse sin margen para instalar la nueva. Hay un dilema en Orriols.
El pasado lunes, se reanudaron las obras en el Ciutat después de una semana de paréntesis. Este descanso, que estaba programado por las Fallas, se mantuvo pese a la suspensión de las fiestas. Según el guión escrito antes de que irrumpiese el coronavirus, los operarios debían iniciar el desmontaje de la antigua cubierta ahora, aprovechando el parón de Liga que estaba fijado por compromisos internacionales. Sin embargo, los últimos acontecimientos obligan al Levante a replantearse el plan.
La idea original del club se basaba en que la Liga concluía a finales de mayo. A partir de ahí, la constructora habría dispuesto de más de tres meses para la ardua instalación del nuevo techo, que cubrirá toda la grada del estadio. Una intervención que implica la ocupación del terreno de juego por parte de los trabajadores y el levantamiento de una gran parte del césped. Cabe recordar que la directiva había solicitado a la Liga un permiso especial para disputar las tres primeras jornadas de la próxima temporada a domicilio y, así, ganar tiempo.
Pero la crisis sanitaria impide conservar la hoja de ruta. Toca adaptarse. Y varios factores complican la toma de decisiones. Existe la preocupación de que el estado de alarma se endurezca y queden paralizadas las obras. Sin olvidar que uno de los principales proveedores de material tiene su sede en Italia, el país europeo más afectado por el Covid-19. Además, es una incógnita el desenlace de la Liga. En caso de que se pueda reanudar, se desconoce las fechas que ocuparía.
Todo ello deja en el aire el proceso relacionado con la cubierta. Si finalmente se retira la antigua, existe el peligro de quedarse sin tiempo suficiente para afrontar el siguiente curso con el nuevo techo. Y es que, para montarlo, los operarios necesitan ocupar el césped durante tres meses aproximadamente. Todo dependería de que se retomase o no la Liga y de cuándo se hiciese. El presidente del Levante, Quico Catalán, se encuentra en permanente contacto con los responsables de la actual fase de remodelación, la empresa Grupo Bertolín, en busca de soluciones. La cúpula granota deberá tomar una decisión en los próximos días.
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