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a calculadora de José Danvila y sus colaboradores echa humo. Le cambian las pilas cada día. Desde su acceso al sillón de mando del Levante su preocupación es hacer frente a los pagos que asfixian a la entidad. La primera medida del consejero delegado ha sido aportar diez millones de su patrimonio personal para gastos corrientes. Ya hay alguna deuda pendiente que se ha saldado (entre ellos un pago de 900.000 euros por un embargo en el traspaso de Moses Simon). «Este dinero se está racionando para ser responsables», cuentan desde el club. Pero el gran problema son los créditos solicitados en años anteriores, tanto a Edmond de Rotschild como a Gedesco y OLB Bank. Ahí es donde el nuevo consejo de administración está apretando en la negociación para tener capacidad para pagarlos sin estrangular el futuro del Levante. Y cuando se reconduzca la vinculación financiera con los bancos se atenderán el resto de reclamaciones que existen con otros clubes, agentes, futbolistas y acreedores.
El grupo Edmond de Rothschild prestó 60 millones al Levante para hacer frente a las dos fases de la reforma del estadio y a la construcción de la Ciudad Deportiva de Nazaret. De ese global ya se ha utilizado la mitad. Ahora Danvila quiere refinanciar el resto de dinero, además de ampliarlo en 16 millones más con vencimiento a 15 o 20 años, por lo que quedaría una cuota anual de entre 2,5 y 3 millones de euros. Rotschild ha accedido a sentarse para negociar tras comprobar la garantía que ofrece el consejero delegado con la inyección económica dada al Levante y con la previsión de ampliación del crédito participativo (que sustituye a la compra de acciones a la Fundación) de 10 a 20 millones.
¿Y para qué se necesitan esos nuevos 16 millones? Para hacer frente a distintas deudas. Una de ellas, que vence el próximo 30 de junio, es con OLB Bank, firma alemana muy presente este último año en LaLiga y el fútbol europeo, donde también ha financiado a Real Sociedad, Tenerife, Valladolid y Benfica, entre otros, con garantía a los fondos de CVC. Pero el préstamo que más preocupa es el contratado con Gedesco, «que tiene unas condiciones extremas», destacan fuentes granotas. La compañía valenciana de financiación –patrocinó al club de Orriols la temporada 2021-2022)– concedió ocho millones al Levante al 15% de interés con garantías colaterales. Estos pagos vencen este año (deuda a corto plazo) y Danvila ha pedido a la firma que les dé un margen de tiempo para hacerles frente pese a la insistencia del prestamista. «Se trata de una negociación a cara de perro porque esta hipoteca es una sangría para el club», afirman fuentes levantinistas.
En estos momentos está en marcha, además, una auditoría interna para conocer con exactitud la salud financiera de la entidad y la realidad a la que deberá ajustarse el Levante en Segunda División. Por ello Danvila ha pedido retrasar a 30 de noviembre la firma del plan de saneamiento y el ingreso de mayor liquidez. El objetivo es reducir la masa salarial y ajustar los ingresos y los gastos. La proyección que hizo LaLiga es que para junio de 2024 harían falta otros 30 millones de euros, una cifra que lógicamente se debe ir reduciendo conforme se vayan vendiendo activos (jugadores) o se refinancie la deuda.
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