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Dwamena, en un entrenamiento con el Levante UD. LUD
La decisión personal que acabó costando la vida a Dwamena: «Seguiría vivo»

La decisión personal que acabó costando la vida a Dwamena: «Seguiría vivo»

Su cardiólogo en el Zaragoza publica una carta en la que explica que le advirtieron en más de una ocasión de la necesidad de que dejara el fútbol

Jorge Zarco

Valencia

Martes, 14 de noviembre 2023, 12:50

El pasado sábado Raphael Dwamena conmocionó al mundo del fútbol tras su muerte a los 28 años al sufrir un paro cardiaco durante su partido con el KF Egnatia albanés. El exdelantero de Levante UD y Real Zaragoza se desplomó y lo servicios médicos no pudieron hacer nada para reanimarlo. Un episodio triste de un futbolista que tenía un largo historial de problemas en el corazón y al que le habían recomendado en más de una ocasión su retirada de los terrenos de juego.

En una carta publicada por el 'Heraldo de Aragón', Antonio Asso, su cardiólogo en el Zaragoza, explica que le instaron a que dejara el fútbol: «Logramos convencerle de la imperiosa necesidad de implantarle un desfibrilador para al menos garantizarle la vida, a la par que desaconsejamos la práctica profesional deportiva».

Sin embargo, la idea de continuar era firme para Dwamena: «Estaba empeñado en seguir su carrera profesional por encima de todo y acabé perdiendo la esperanza de influir en él», explica Asso. Pero el ghanés decidió no mantener ese desfibrilador: «Me comunicaron que el desfibrilador le había salvado la vida al presentar una arritmia maligna que había sido correctamente tratada de forma automática por el dispositivo. Hace un año supe por la prensa que había solicitado la retirada del desfibrilador implantado por nosotros y que finalmente se le había explantado», lamenta.

El camino que decidió emprender el jugador, le acabó costando la vida: «Era ya tarde, su decisión era irrevocable y ponía toda su responsabilidad en sí mismo y en la voluntad del Dios en que creía. Desde ese momento, fui consciente de que un día sucedería la tragedia que el sábado se ha consumado en un campo de futbol de Albania. Ha fallecido como consecuencia de una respetable decisión personal pero, si no se hubiese explantado el desfibrilador, Raphael seguiría vivo».

Episodio previo

Dwamena ya vivió un suceso similar en Austria, cuando se desplomó en un partido de la Copa de Austria cuando jugaba en el BW Linz, pero los servicios médicos sí que lograron mantenerle con vida. Llegó al Levante en 2018 por 6 millones (fichaje más caro de la historia en aquel momento) después de que fuera rechazado en una revisión médica con el Brighton.

Tras abandonar el Zaragoza, intentó firmar por el Vejle BK, pero la normativa danesa no le permitía jugar con el desfibrilador. De allí ya se marchó a Austria al Blau-Weiss Linz, de la segunda división. Después dio el salto al BSC Old Boys de Suiza, antes de recalar en Albania, desgraciadamente su última aventura.

Claras sus ideas

Pese a los serios aviso y el riesgo que corría si seguía jugando a fútbol, el exlevantinista tenía claro lo que quería: «Si muero, esa es la voluntad de Dios. Me voy y punto. Olvidado. La gente a mi alrededor estará triste durante unas horas, o tal vez incluso unas semanas. Pero lo superarán y seguirán adelante. No vivo mi vida para complacer a las personas. Solo a Dios», señaló en un diario alemán.

Más tarde, habló en una entrevista en 'El Periódico de Aragón': «Siempre siento que no me pasa nada. Creo que Dios es quien cuida de mi corazón. Puedo tener síntomas de problemas cardiacos u otras cosas, pero nunca tengo miedo. Dios está conmigo. Cada médico tiene sus propias opiniones y las respeté, busqué distintas valoraciones. Respeto sus roles y trabajos, pero mi deseo era volver a jugar y hacer todo lo posible para lograrlo».

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