Mucho más que una victoria en Mendizorroza

El Levante pasó por Mendizorroza dejando una estela de campeón. En su visita a otro de los grandes candidatos a subir a la máxima categoría, los de Javier Calleja tuvieron el partido bajo control desde el primer hasta el último minuto. Con efectividad. Sin fisuras. El conjunto azulgrana mostró frente al Alavés su cara más práctica para sumar un triunfo de prestigio y dar un golpe de autoridad en la clasificación, ya que se colocan terceros de la tabla con los mismos puntos que el segundo y a sólo uno del líder. Precisamente, el Eibar, el equipo que mira desde lo más alto la clasificación, se presentará en el Ciutat el domingo. Será un buen día para volver a desprender ese aroma de ganador.

Los azulgrana continúan con su trepidante ascensión, ya que encadenan once jornadas puntuando. Y con el de anoche, llevan tres partidos consecutivos sin encajar gol. El Levante exhibió en Vitoria una contundencia extraordinaria tanto en ataque como en defensa. Resistió a la perfección los arreones del Alavés y sólo necesitó tres remates a portería para marcar dos goles. En el duelo íntimo entre Calleja y Luis García, se impuso este lunes el primero.

Calleja, consciente del poderío del rival, quiso acumular músculo en la medular. Juntó a Iborra y Pepelu en el doble pivote, aunque el de Moncada, por momentos, se incrustaba entre los centrales para tapar espacios. El dianense, en crecimiento, actuaba con más de libertad de movimientos. Y un latigazo suyo representó la primera oportunidad de gol.

Pepelu debía actuar como el motor del equipo y se siente comodísimo asumiendo ese rol. Tras su aviso en forma de disparo, el canterano se encargó de cocinar con mimo el tanto que sirvió para abrir la lata. Centró el balón con un escuadra y cartabón y Bouldini no perdonó con la cabeza. Su testarazo a quemarropa fue inapelable. El marroquí, principal artillero del equipo, se reencontró con el gol cinco semanas después. Ya suma cuatro dianas en lo que va de curso.

Anoche sí apareció la pólvora que tanto se echó en falta el pasado jueves contra la Ponferradina. Excelentes sensaciones. El Levante transmitía entereza. Sin un fútbol brillante ni estiloso, los granotas tenían el encuentro bajo control. Aunque tampoco iban a quedar exentos de algún susto. Y es que el duelo se fue abriendo por las necesidades del Alavés.

El juego directo iba imponiéndose en Mendizorroza, por lo que el esférico se detenía poco tiempo en la zona ancha del campo. El Levante tenía la posesión, pero el Alavés trataba de hacer daño con su verticalidad. Entonces Son se sacó de la chistera un control con la pierna derecha y un disparo con la izquierda para batir a Sivera y poner el 0-2.

En el segundo acto, los azulgrana supieron jugar con los tiempos. Incluso saborearon un penalti a favor por manos de Salva Sevilla que, tras la revisión en el VAR, fue anulado. Los de Calleja se centraron en conservar el orden atrás, apelando a los contragolpes. Neutralizaron sin excesivos problemas las ofensivas del rival. Están listos para asaltar el liderato.

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